A poco más de
un mes de conocer el galardonado del balón de oro, el madridismo se levanta en
armas contra el resto del mundo peleando por lo que puede ser su único título
del año.
Que las bases
y los objetivos para designar al favorito no están claras es de sobra conocido.
Antes de fusionarse con el premio Fifa World Player –donde votaban jugadores y
entrenadores- los corresponsales de France Football designaban al ganador de
una forma no extremadamente precisa. Partiendo de estas bases podría decirse
que el balón de oro es un premio injusto, algo que, parece alejarse un tanto de
la realidad. Que los cuatro últimos años se los haya llevado Messi no le
extraña a nadie, por más que medio país en donde nadie se decidía entre Xavi o
Iniesta lo viese injusto, para el resto del planeta fue el premio más
democrático posible. Bien es cierto que, aislando los votos de los
corresponsales el premio hubiera recaído en Wesley Sjneider, lo que nos sugiere
que sí existen unos parámetros que condicionen el nombramiento del jugador
aunque estén implícitos, como pueden ser los títulos. Por lo que descartaríamos,
siendo razonables, a un jugador que no obtuviera ninguno tanto a nivel
individual como colectivo.
Sentadas las
bases, que no hacen sino medrar en el espíritu del madridismo –y el Madrid- se
antoja extraña esa ferviente corriente generada desde el propio club a través
de los medios de información exigiendo el
premio para su jugador franquicia. Como si la lesión de Messi hubiera servido
de acicate para tan costosa empresa. Que el argentino ganase prácticamente sólo
la Liga soportando el peso de un equipo en decadencia, con un entrenador en el
hospital –literalmente- y la mayoría de sus compañeros en paradero desconocido;
o que ganase prácticamente sólo las eliminatorias del Milan –con remontada histórica- y Paris –lesionado más de tres cuartas partes de la eliminatoria- no
importasen nada. Pretendiendo asimismo que el triplete conseguido por Ribery,
arrasando en Europa y con vistas de conseguir el mundial de clubes, sea un
hecho menor.
Parece ser
que, el vídeo en el que el presidente de la Fifa daba una opinión, más o
menos cómica u acertada, más o menos siendo también Presidente de Honor del club ultrajado en cuestión, es un hecho
más que fehaciente para el Madrid de que el club vive bajo el subyugo de una conspiración
judeomasónica mundial que lucha en contra de sus intereses. Conspiración que, con el mayor descaro posible, vimos todos cuando la Fifa decidió retrasar (con la posibilidad de cambio de voto) el periodo de votación de candidatos. Pucherazos aparte, lo que importa es
que, el año en que ni el club ni el jugador ganaron nada y perdieron en el
primer tramo de temporada contra sus dos rivales directos –donde al candidato
en cuestión ni se le vio- hay que darle el premio al chico porque marcó más
goles que nadie en un mes y marcó un hat trick en una repesca para el mundial contra Suecia.
Cristiano en
su faceta más humana
Mañana en el
Bernabéu tendrá lugar la penúltima reivindicación en favor de la justicia y la
paz mundial. 45000 aficionados llevarán caretas del jugador que habla siempre
en el campo, es fácil cuando los medios de comunicación de un país entero
hablan por ti incluso cuando los de la COPE te obligan y chantajean para sentarte a hablar con niños
enternecedores para que veamos que, aunque en el campo es implacable, el hombre
también tiene su corazoncito.
PD Informaciones sesgadas. No hay campaña.