miércoles, 2 de agosto de 2017

Ici, ce n’est pas Neymar


El culebrón de la summeriana terminó con Fracasinho rumbo a Francia. Una vaina que empezó con los tontos de siempre yendo a Paris a intentar traerse a Verratti y, en una vuelta de tuerca, se vieron sin el figurín que ellos trajeron para hacerle sombra al mejor jugador del mundo. Una boutade más de la Junta de los despropósitos que se ha quedado en un mismo verano sin sus dos grandes apuestas: Neymar y Catar. Casualmente, como todo lo que tocan, las dos han causado un desprestigio internacional difícil de disimular. Siempre con el ridículo habitual, esta jarana se vio aderezada con las divertidas declaraciones del señor Mestre afirmando que Neymar se quedaría al 200%. En tal caso, el Barcelona, a ojos de todo el mundo, ha sido incapaz de fichar cualquier jugador de renombre y menos de retener al jugador más mediático y con mayor proyección. Así que el final de verano se le antoja difícil a un club con una millonada para gastar pero con nula capacidad de negociación y atracción en un mercado inflado hasta límites insultantes. La incapacidad manifiesta para regenerar desde los despachos un equipo que potencie las cualidades de Messi -y no al revés- desilusiona al aficionado medio mientras espolea a los subnormales de turno que sueñan con Verrattis, Mbappes, Griezzmans, Dembeles, Dybalas (estos son los peores) y cualquier mentecato al que Marca dedique una portada. Porque con una secretaría técnica incapaz y con las mismas miras que un tuiters cualquiera, sin un modelo claro y ninguna capacidad negociadora, hoy día es imposible que el equipo mejore más alla de la pericia de un entrenador que esta vez sí parece contar con los mimbres necesarios para generar superioridades en torno a Messi y tirar de una cantera que ha sacado jugadores importantes este año.

Volviendo a Fracasinho, su historia con el Barcelona ha sido un “sí, pero no”. En las cuatro temporadas que ha vestido esta camiseta, el Cartel de Juárez se ha llevado tres Copasduropa. Sus números han sido bastante inferiores a lo que aspiraba y, aunque ha tenido buenos partidos y casi siempre ha brillado en las grandes citas, su falta de compromiso ha quedado bastante más que patente. La escapada al cumpleaños de su hermana el día de la derrota en Coruña tras el 6-1 o la expulsión en la Rosaldeda así lo manifiestan y, arbitros aparte, ahí se nos fue la liga. Por parte del club, su fichaje fue un intento de poner en jaque a un Messi que, con 26 años, ellos creían cuesta abajo (entrañables imbéciles). Amén de que las triquiñuelas que utilizaron para ficharlo enjuiciaron al club y los responsables (Rosell y Bartomeu) pactaron con la justicia para salvar su pellejo e imputar a la entidat. Es importante también, recalcar que en cuatro años, el padre de Neymar ha cobrado del club en dos primas de renovación más que Messi en salario. Algo no ya de dudosa catadura moral, sino que evidencia preocupantes sintomas de deficiencia mental. Pero no contentos con este ridículo, este comportamiento ha sido premiado por parte de los Neymars que, gente agradecida donde las haya, les han devuelto el favor en forma de huída. Sinceramente, esta junta no se merecía menos, pero es que está en su ADN. Con el nuñismo, en su larga historia, al señor Núñez padre (el pionero de este movimiento) se le fue Maradona en el 84, Cruyff en el 96 y Ronaldo en el 97; a Gaspart Figo en el 2000, a Rosell (el más taimado y pretencioso) Guardiola en el 2012 (nótese que ya van dos que han estado enchironados) y a Nobita (el más tonto, ridículo y caricaturesco) Fracasniho en 2017. El nuñismo es ideario incompatible con el talento que convierte en mierda todo lo que toca.


El tiempo dirá cómo se reponen equipo e institución a semejante golpe. Para el segundo, con una proyección mundial seriamente dañada, una incapacidad manifiesta en todos los ámbitos y una nula capacidad de maniobra en los intramundos del fútbol, no queda otra que la llegada de una nueva directiva. Empresa imposible dados los 25.000 nuñistas de masa social. El equipo, con Messi y Valverde, puede encontrar en la marcha del brasileño el equilibrio que le ha faltado estos últimos años, pero es algo difícil que se mejore con las incorporaciones que están sondeando en el mercado. El técnico, por fortuna, dispone de buenas piezas con las que armar un centro del campo muy sólido con Busquets, Aleña, Roberto y Samper. Algo por lo que nunca apostó realmente su predecesor. Darle las llaves del centro del campo a estos canteranos determinará en buena manera el carácter del equipo y la proyección e imagen de lo que se quiere ser como club y no como la casa de putas que ni somos, ya que un prostíbulo se organiza y trabaja mejor. Porque a día de hoy, con Nobita, Mestre, Bordás y demás palmeros en la directiva y el imbécil de Pep Segura, Ariedo Braida y Roberto Fernandez en el área técnica es totalmente imposible que se traigan jugadores a buen precio y que encajen en el modelo al que aspira Valverde. Es imposible. Y en eso yo sí que puedo afirmar que estoy seguro al 200%.

PD André cury sigue a sueldo del club.
PD2 El tortillero de Javier Tebas es una puta calamidad y un chiste andante.

domingo, 4 de junio de 2017

Una gran diferencia de gestión

El milagro de P. Tinto. Javier Fesser, 1998.

“La idea de dirigir el club basada en el círculo virtuoso está pasada de moda y lejos de la actual línea en la que trabaja la actual directiva (…) esta idea del círculo virtuoso que lo fiaba todo a los éxitos deportivos está caduca”. Esto decía el inútil presidente del Barcelona hace poco más de un año. Este paria ganó, en el verano de 2015, unas elecciones a la presidencia con el vulgar lema de: “Trident y triplet”. Su candidatura fue avalada por los 25.823 acomplejados que en volandas del grupo Godó y su miserable línea editorial contra todo lo que huela a Laporta, Cruyff y Guardiola votaron a su favor. Luego, ya sabemos, Rosell esta en prisión, estos impecables gestores pactaron para imputar al club salvando su pellejo (mientras puedan) y cada día reciben un revés judicial o nos levantamos viendo como su mierda salpica en todas direcciones. Pero ya tienen su triplete el Madrid ganó anoche su tercera Copaeuropa en cuatro años, y el primer doblete en 59.

El Barcelona no vivió ninguna CL del maligno en los ocho años de Cruyff como entrenador, tampoco en la presidencia de Laporta y menos bajo la dirección de Guardiola. Con el payaso de Nobita, exjugador del Español de baloncesto, han caído tres en cuatro años. Es lo que tiene gobernar un club desde la inquina y la venganza. Estos infraseres recogieron el mejor club del mundo con un activo bastante importante: el mejor jugador de la historia, un futbolista más dominante de este deporte cuando contaba solo con 24 años. Guardiola, con el club en la cima del mundo tras arrasar la CL 2011 dijo: “Tenemos buenos futbolistas, pero sin él... Él marca la diferencia. Espero que nunca se aburra, que sepamos rodearlo de jugadores para seguir compitiendo a este nivel”. Pero no lo hicieron, para más inri, el que tomó buena nota fue José Ángel Sánchez, el director general de Floper. Desde entonces, el Barcelona tardó seis años seis en buscar un central competente mientras perdía a Puyol, Abidal, Alves, Thiago o Xavi y se dejaba envejecer a un Iniesta del que sólo quedan detalles. Se fichaba a Andre Gomes por el mero hecho de ser pretendido por el RM y se olvidaron de los laterales. No se buscó recambio para el centro del campo y se gastaron millonadas en Ardando Turán y Paco Álcacer. Se vendieron canteranos crecidos en el estilo Barça como Grimaldo, Sandro o Munir y se fichó toda la morralla del terruño patrio para rellenar el filial de mierda. Mientras, el Madrid fichó a Modric (declarado barcelonista), Isco (declarado barcelonista) y Toni Kroos para reforzar su centro del campo, tierra de todas las batallas perdidas contra el Barcelona. Batallas que las ha tenido que seguir ganado Messi sólo. Como bonus track, el Barcelona, que tenía atado a Asensio (declarado barcelonista), lo dejó escapar porque otro prevaricador llamado Antoni Rossich quiso fraccionar en tres años el mísero pago de 4,5 M€ que costaba el mallorquín. 


Aún así, Messi ha mantenido a flote a un Barcelona que en la era Lucho ha ganado un triplete, un doblete y la copa en los sucesivos tres años. Ha puteado vivo al que ahora todos ven como todopoderoso al nivel de que voces algo radicales del madridismo http://deportes.elpais.com/deportes/2017/04/23/actualidad/1492963504_697478.html han reconocido su superioridad. Y esto es lo más grave. Disponer de un jugador tan determinante que puede y ha fulminado solo a la plantilla más completa de los últimos veinte años y desaprovecharlo de forma terrible. Hoy día, no es otra cosa: Messi contra el RM. Con todo lo que ello conlleva. Ganar siemper en el Bernabéu y dominar duelos directos. Pero mientras la liga se ha ido por decisiones arbitrales lamentables como los partidos de FCB y RM contra Betis, Málaga y Villarreal; en la Champions no ha habido excusas. Míster Rotaciones ha salido goleado ante City, PSG y Juventus (donde volvió a apostar por Matthieu). Porque la Copaeuropa es una competición de equipos donde no se perdona el error individual. De ahí que, incluso con Messi, hayan salido escaldados. Y es que de no ser por el argentino, que ha seguido metiendo la pelotita en la portería contraria, la junta al completo estaría colgada boca abajo de una plaza pública, como Mussolini. Así es como realmente deberían estar ya los 25.823 sucnormales que avalaron este despropósito. Porque no es Florentino, ni Madrid, ni la caverna, ni la prensa de Barcelona los responsables de semejante esperpento. El verdadero culpable y responsable último de este circo es el Soci. El ser más estúpido, mezquino y cainita (junto al argentino medio anti-messi) que ha pisado el planeta tierra. El soci es quién le ha entregado el FCB a unos incompetentes e incapaces que han llevado la total ruina a lo que era el mejor club del mundo y contaba con un Messi con 24 años. Y es que mientras la distancia futbolística entre el rosarino y Cristiano es a día de hoy mucho mayor que antes, al argentino le han obligado a cargar con el peso de un equipo que no le da nada mientras al portugués le han hecho un equipo a medida que se lo da todo hecho. Pero el soci, ese deficiente mental lobotomizado por la familia Godó, que afirma ante execrables como Racionero, Nolla y Bosch de Mundo Deportivo y cree que peca de snobismo por comprar La Vanguardia en via Layetana, seguirá diciendo que Laporta se gastó ochenta euros en Rostissería Lolita http://www.mundodeportivo.com/20111010/fc-barcelona/joan-laporta-laporta-la-vanguardia-facturas-laporta_54228998157.html (mientras eximen a la actual junta de cualquier responsabilidad deportiva, económica y social) y que Madrid ens roba.

PD Mientras pasaba todo esto, otra baboso como Javier Faus dijo de Messi: "No veo motivo para mejorar el contrato a un señor al que ya se lo mejoramos hace seis meses". Todavía están recibiendo poco para toda la mierda que se merecen tragar.

miércoles, 26 de abril de 2017

Porque Diós así lo quiso

Cartel Jalisco Nueva Generacíón 2-3 Fútbol Club Barcelona. Liga, jornada 33.


No hace mucho, un Barcelona que alineaba una excelsa retaguardia, defendía con la posesión del balón. Hoy día, cargando una cogida con pinzas, no son capaces ni de guardárselo durante un prudente espacio de tiempo porque la junta y la dirección técnica desarbolaron progresivamente una idea de juego del que ha quedado Messi como guardián de la última esencia. No es poco tiempo el que lleva haciendo de Xavi, muchos días, e Iniesta, algunos más. El día que toque hacer el trabajo de Busquets, será Bekembauer. Y ayer, haciendo de todos y de él mismo, arrasó por enésima vez el campo que mejor se le da dejando tras de sí una serie de cadáveres futbolísticos a su paso.

No se empezó cómodo con el esperpento. En los primeros compases, el Barcelona no tocó balón. Después, Messi ordenó al equipo, decidió a qué ritmo iba a jugarse y los 21 comparecientes tuvieron que adaptarse a su libreto. Messi, algo de Roberto y un poquito de Busquets es todo lo que podía ofrecer el Barcelona. Suficiente para dominar a un Madrid abocado al contragolpe. Pasado el cuarto de hora, un codazo criminal a cinco metros del línea tumbó a la bestia. El primer gol local lo vio con un trapo empapado en sangre. Ahí ya había dejado en evidencia a su marcador un par de veces. Y, culminando una combinación magistral, igualó el marcador con un recorte y definición marcas de la casa. Incapaces los delanteros, la vuelta del impasse trajo un intercambio de golpes donde Zidane tuvo que ordenar sus piezas en aras de un más que probable sacrificio del medio del Madrid que todos veíamos venir. En estas, Rakítico, desaparecido toda la temporada, soltó un trallazo a la escuadra que inclinó el campo algo a nuestro favor. El partido siguió discurriendo por los cauces habituales hasta que Canelita, indigente mental que acumulaba dos expulsiones en los últimos tres años contra nosotros, cazó a Messi con ambos pies por delante. El argentino se cobraba su tercera víctima. Pero con la expulsión vino un cambio de guión. El Barcelona no está dirigido por Mourinho, Helenio Herrera, Trappatoni o Allegri. Y por lo tanto no es que se defienda como Sergey Karjakin. Está dirigido por Lucho, con todo lo que esto conlleva. Y lo que vino fueron un aluvión que, pese a la superioridad numérica, el equipo no supo paliar. Sólo Messi, otra vez, volviendo locos a Kroos y Modric, daba un respiro al Barsa. Entre medias, Piqué tuvo una clarísima y Ter Stanton se volvió a hacer enorme. Pero el Madrid obtuvo premio y James igualó el marcador a pocos minutos del final.

Con medio mundo pensado en una liga decidida, al argentino parecía que todavía le quedaba algo que decir. Como si no pudiese perder este partido. No sería ayer. Sergi Roberto, que empieza a disfrutar de la épica, sajó el campo de arriba abajo con una carrera bestial y en una combinación ayudada por un bloqueo del perro -su única buena acción de la noche-, Messi reventó la liga y enmudeció al Bernabéu. Cómo los mejores ajedrecistas, Messi, una suerte de Bobby Fischer que ha combinado el regate más explosivo, la mejor definición, el mayor talento y la mente futbolística más brillante de la historia, se anticipó en sus dos goles 30 segundos al resto del mundo. En ambas acciones, repasadas con atención, se observa cómo el astro va siguiendo la jugada, leyéndola, sin hacer casi un movimiento, como un depredador acechando a su presa, para siempre acabar apareciendo en el lugar exacto. Anoche, tras otra noche de caza, consumó su racha de celebraciones épicas y dejó otra foto para la eternidad, llevándose a casa un partido que todos sabemos que le pertenecía. Fue la enésima exhibición del mejor del mundo, el más grande de siempre.   



XI: Ter Stanton; Sergi Roberto, Piqué, Umtiti; Alba.; Busquets, Iniesta, Rakítico; Messi, Suárez, Alcácer.

Goles: Messi, Rakítico, Messi.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Sin el todo, la nada

Bolivia 2-0 Argentina. Clasificatorio de la Conmebol, Primera Fase


Argentina, en otra demostración de lo que es sin el mejor jugador del planeta, pereció ante Bolivia rematando un día que puede marcar de forma definitiva su participación en la próxima copa del mundo. Sin Messi, la albiceleste sólo pudo sacar 7 puntos de 24 en los clasificatorios; con él, 30 de 33. Una dura realidad para los que menosprecian el aporte del diez en su selección, del que dicen cuenta con un "equipazo” cuando se habla del papel que aporta Messi a ésta.

Una tarde que comenzó con el anunció de la sanción a Messi por parte de la Fifa horas antes del encuentro en La Paz. Una sanción injusta se mire por donde se mire, apoyada en una denuncia de todavía se está buscando quién, apoyada en un video del diario La Nación, y tras la negativa del colectivo arbitral ante la pregunta de si creyeron que el capitán los estaba insultando u ofendiendo. Una sanción sin precedentes y, a toda vista, prejuiciosa. Algunos dicen amparada en la negativa de Messi a asistir a la gala de la Fifa, otros a las malas relaciones institucionales que mantienen la AFA (desgobernada tras el fallecimiento de Grondona) y el organismo internacional. A pesar de ello, no faltaron los tontos de turno (madridistas y antimessis del cono sur en su mayoría) que justificaban la sanción per se. Como si cualquier dictamen fuera válido o justo sólo por el mero hecho de emitirse por un organismo legal. Amén de que el razonamiento completamente opuesto es igual de ridículo.

Pero sin duda, la noche puso de relieve lo que muchos apreciaron tras la tercera final consecutiva de esta generación. Que la hazaña de Messi con el combinado es la mayor hazaña de su carrera y puede que la mayor gesta de este deporte. Algunos que vienen siguiendo esta trayectoria así lo creen. Tres finales que se pudieron haber quedado en casa de no ser por la tripleta de fallos de Higuaín (uno por final) y dos fatídicas tandas de penales. Todo con un centro del campo Mascherano-Biglia, unos laterales como Zabaleta y Rojo, Demichelis de central y dos entrenadores diferentes. Todo ello soportando por cada final perdida aún más presión en el país donde el fútbol es ya en sí un hervidero sociocultural sin parangón. Si hubiera marcado Higuaín la del mundial, Argentina tendría un mundial y dos copas américas, es decir, lo que hizo España con una generación irrepetible, una idea clara e indiscutible de juego, un par de muy buenos entrenadores y un elenco de jugadores que, para resaltar su calidad, sólo las figuras de los xaviniestas destacaban un poco por encima del resto. Argentina no tiene ni de lejos nada que se acerque a eso, aún así, Messi los llevó hasta la cima las tres veces. Pero como Sísifo, cayeron las tres. Pero algunos niegan esta realidad acordándose de Maradona. Pero sabemos que también reparan -aunque no lo digan- en que él tuvo que apoyarse en los compañeros no sólo para ganar la final del mundial 86, sino que no anotó ni un solo gol en Italia 90, donde cayeron subcampeones. Amén de que nunca ganó una Copa América. Pero poco importa, porque en mentes vacías no queda espacio para la reflexión.

Suerte que la noche se arregló con las declaraciones de Piqué. Retrató a Marta Silva y la disparidad de trato que reciben ante la misma justicia, que además calienta asiento en el palco de concha Espina, madridistas y barcelonistas. Y es que de esta señora no teníamos noticias desde que desapareció del panorama público cuando Football Leaks encontró los, ¡ojo!, 150M€ que la señorita de Madeira tenía ocultos pero de los que ahora ni los mass media ni Hacienda quieren saber más. El mismo madridismo que acude al socorro de un iletrado de épica como Canelita, que es como cuando Trevor Bervick quiso enfrentar a Mike Tyson, algo vergonzosamente descompensado. Ahora, el madridismo random se rasga las vestiduras por unas declaraciones tan obvias como hirientes. Y es que a nadie se le escapa que hay que ser subnormal para querer empañar una remontada de seis goles cuando a ti te regalaron el único que pudiste marcar en una final de Copaeuropa y vas por el mismo camino para ganar tu segunda competición nacional en nueve años. Y es que la verdad, sobre todo cuando te pone ante el espejo, duele.


PD Denunciar estas miserias del madridismo no está mal, lo que está mal es acusar al contrario sin prueba alguna de doparse, y luego esconderse. Como la rata que eres.

jueves, 9 de marzo de 2017

La vida es sueño


Barcelona 6-1 PSG. Copa de Europa, vuelta de octavos de final.




El Barcelona, en la noche más épica, escribió el capítulo más emotivo de la historia de la Copa de Europa al remontar lo imposible ante el PSG. Decía Luis Enrique en la previa que creía en los seis goles. Cualquier barcelonista pensaba que cuatro podrían ser, que cabía esa posibilidad, pero los seis no entraban en el imaginario colectivo. Sí lo creyó el equipo, lo creyó Luisito, cayéndose a plomo cuantas veces hicieron falta, y lo creyó por encima de nadie Da Silva, que entró para siempre en el imaginario culé, de donde no se sale nunca. El Barcelona de las remontadas que empezó con el hat-trick del Pichi Alonso ante el Goteborg, certificó su naturaleza con las ligas en Tenerife y le dio al equipo que tiranizó la década su gesta el día de la hazaña de Messi ante el Milan, obró el milagro del siglo. Lo que nunca nadie hizo, remontar un 4-0,y contra un firme candidato al título. Lo que parece una gesta irrepetible, al menos la más grande que hemos visto hasta hoy, y que se cerró gracias a mantras tan prosaicos pero tan ciertos como el “no dejar de creer” o “seguir luchando hasta el final”.

No pudieron comenzar mejor las cosas en el Estadi. El PSG compareció acongojado, un invento que sólo puede hacer el barsa. A los tres minutos, el Perro, que siempre pelea como si tuviera la última de su vida, cazó una carambola que dinamitó la poca confianza con la que habían venido los parisinos. La remontada era más que posible, y se transmutó después en probabilidad con una torpeza en propia puerta que nos puso dos a cero. Nada más volver del impasse del descanso, D10S transformó un penal que disparó toda euforia pero Cavani, en la jugada más tonta de la noche, jarreó el campo con una ducha de agua fría que hizo parecer orillar al Barcelona. Pero creyeron. Creyó Mascherano, cuya impecable noche remachó con una salvada a Di Maria como la que le sacó a Bendtner la remontada al Arsenal que inició el camino a Wembley. Un Mascherano que, por cierto, nunca estuvo presente en los dos puntos negros de la historia reciente del club: Munich y París. Pero creyó también Ter Stegen, que salvó lo imposible y nos dio la vida en el descuento robando un balón en la media tras subir a rematar. Creyó Messi, que con una marcha menos estuvo acertado en todas las decisiones, ordenó al equipo en la frontal y la tocó siempre con quién se le ofrecía. Encajó el penal y siguió empujando y temporizando pese a que se veía con una velocidad de menos. Y creyó Da Silva. Creyó nada más salir de Paris. Se hizo grande en la noche más grande y nos llevó al cielo a todos. Una falta impecable, un penal con una personalidad sólo al alcance de los elegidos y una pausa para la historia antes de poner la última con la izquierda. Da Silva, macho, que pese a fracasear en un alto porcentaje de partidos para un eminent world class como él, no ha fallado en ningún partido grande. Da Silva nos hizo creer.

Se llevó el premio Roberto. Profesional como pocos que lleva dos años sin un pero instalado en un sitio que no es suyo por la mala planificación deportiva. Se ganó nuestro perdón Luis Enrique, que arriesgó con todo en un cruyffista 3-4-3 que demuestra que lo original suele salir bien. Devolvió con creces todas las boutades de este año y creó inteligentemente un entorno para creer en lo imposible. La gesta más grande este deporte se vivió anoche, 8 de marzo de 2017, al este del ensanche de Barcelona. La carrera desbocada de Lucho, la celebración de GOAT subido a la valla con la gente, la solitaria celebración de Ter Stanton, la felicidad de cuatro exfutbolistas británicos en un plató de televisión y las lágrimas de emoción de los que lo vivieron desde dentro. No vio este deporte cosa igual. El Fútbol Club Barcelona compartió su noche más grande para que el planeta tierra no viera sólo cuál es el mejor equipo del mundo, sino que en la vida, siempre, siempre, hay que seguir creyendo que, hasta el final, todo es posible. La vida, como dijo Calderón de la Barca, es sueño.

XI: Ter Stegen; Mascherano, Piqué, Umtiti; Busquets, Sergi Roberto, Rakitic, Rafinha; Messi, Luisito, Neymar.
Goles: Luisito, Kurzawa (pp), Messi, Neymar, Neymar, Sergi Roberto.
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