España 0–2 Chile. Mundial, Fase de
grupos.
Del Bosque
estaba en su derecho de hacer el ridículo. Como seleccionador que es, nadie
excepto él mismo contaba con la potestad de llevarse a quien quisiera, incluso
a estos “chavales estupendos”. Ahora te digo, el resto del mundo está en el
derecho de hacer leña del árbol caído y de ponerlo de vuelta y media. Y aquí
estamos. Sin saber por dónde empezar a relatar la desvergüenza, tiraré de modo
random. La desvergüenza de llevarse a Villa y Torres y la desvergüenza de
quitar a Xavi y a Piqué cuando todos los goles de Holanda fueron culpa de
Ramos, Alonso y Casillas. ¿Qué privilegios ostenta el portero sobre el medio
del Barcelona? ¿Por qué, jodido incoherente, no quitas a su vez a Casillas y a
Lolonso? Resultado, del Bosque jugando a las cartas. Otro póker: Alonso
fallando un gol clarísimo, perdiendo el balón del primer gol, haciendo la falta
del segundo y Casillas descubriéndose a sí mismo cuando sólo le faltaba de
fondo música de Benny Hill. España eliminada al segundo partido es la vergüenza
mayor. El fútbol cobrándose lo que es suyo, macho. Llevarte un equipo cuyo
núcleo fuerte está emigrando a jugar a paraísos
fiscales o no saben sus respectivos entrenadores cómo quitárselos
de encima es una falta de respeto primero a los rivales, que van a dejarte
ganar el mundial sólo con la estrellita del pecho por los cojones, y luego a
los aficionados, que han esperado cuatro años a un mundial solo para que tu
hagas convocatorias a modo de homenajes. De éstos ya se empaparon en su día y
se hartaron a recoger premios. Los mundiales no son para hacer homenajes, son
para llevarte un equipo competitivo y algunos jóvenes para que vayan
empapándose de lo que es cuando les llegue el momento. Koke, la única novedad,
saliendo con el equipo ya eliminado es un buen mensaje de confianza a unos
chavales que, tras ganar el sub21 el año pasado, premió también dejando
fuera a Isco. Gran homenaje a su vez a
los que vienen detrás.
Será también
aquí donde se ponga en duda la profesionalidad de un seleccionador que tras
caer estrepitosamente en el primer partido y jugársela a una mano en el segundo,
admitió quedarse dormido viendo al rival que, a la postre, le eliminaría después.
El “si te digo la verdad me quede dormido viendo a Chile” es una falta de
respeto a tantos entes que toca de refilón hasta a las doce tribus del desierto.
Una falta de respeto solo comparable a la falta de profesionalidad de su
protegido el Santo. Luego, todo es un mar de humildad y de excusas a
los españoles cuando la verdadera humildad era anticiparte a la relajación del
equipo y haber hecho algo cuando te distes cuenta. Decir que al único que se le
ve en la mirada las ganas de ganar es a Koke y luego ponerlo en los minutos
basura es descubrirte y exponerte a que piensen que, aparte de ser un inútil,
haces politiqueo barato. Escuchar a Alonso tras arrastrarse en el campo reconociendo que
no tenían hambre de ganar y ver Iniesta matándose solo presionando y tirando de un
equipo vacío es doloroso, pero del Bosque ha querido acabar así. Y así estamos,
que el único consuelo es el recurrente “estos chicos nos lo han dado todo”. Como
si ya pudiéramos caer en todos los mundiales en la fase de grupos.
Pero de toda mala
experiencia se extraen cosas positivas. La delegación de la selección rumbo a
España con todas las ratas de los peridistas a bordo es una magnífica noticia.
No es que los quiera ver aquí, es que vamos a dejar de escuchar boutades. El
buenismo generalizado y prepotente que rodea a la selección y el menosprecio a
los rivales han puesto en su sitio a un gremio que nunca para de ridiculizarse
a sí mismo. Un avión trayendo de vuelta a España toda la carroña del periodismo
español inmersa en una nube de caspa como los ejecutivos de Jordan Beldfort
esfinando cocaína voladora es un avión al que alguien debe plantearse si es
inteligente dejarle aterrizar en Barajas. El tortazo en directo que se han
llevado los Mediasets encabezados por Carreño el de "qué aborígenes AHÍ allí” o los “he
visto a Chile y no son tan buenos” es impagable, y bién vale una eliminación.
Sobre todo si del Bosque se empeñó en que no fuera una sorpresa. Eso sí, cuando
lleguen, que no les sigan haciendo homenajes, ya hemos tenido bastante.
P.D. No todo el mundo entrena un equipo campeón. Vicente administró de forma admirable el legado de Aragonés, hizo un equipo suyo campeón en la Euro 2012 y aguantó el tipo hasta que el núcleo duro se agotó fisicamente. Pero hay que saber renovar cuando toca.
XI: Casillas;
Azpilicueta, Ramos, Martínez, Alba; Busquets, Alonso, Iniesta; Pedro, Silva,
Costa.