Messi, por Ignacio Barahona.
Barcelona
4-0 Ajax (Copa de Europa, 1)
El Barcelona,
mal que le pese a Piqué, no es esclavo del tiki-taca sino de su propia forma
física. Estado del que el antaño central es paradigma de la decadencia. La puesta
en escena del equipo en el escenario continental sorprendió tanto a propios
como a extraños por la declaración de intenciones proveniente del banquillo. El
Barsa, impotente al percatarse de su propia decadencia,
regaló el balón y se replegó en campo propio por primera vez en años ante el Ajax
de Amsterdam. Crueles paradojas las que obligan al cambio de estilo ante el
equipo del cual se copió el modelo. El hasta ahora único recurso del equipo es
inclinar el campo hacia un Neymar que, si bien está cumpliendo, desbordando y
participando; se le empezará a exigir que se aleje de la cal y que muestre,
también, rutilantes estadísticas. El Tata Martino declaró que buscan llegar al
punto exacto dónde lo dejó Guardiola. Entendemos que la sombra de Pep es
alargada y la innegable influencia está marcada a fuego en la personalidad un
equipo que quiere seguir ganando. Pero nadie conoce todavía los caminos que
depararán esta vuelta al pasado si, claro está, la evolución no siempre es
hacia delante o incluso a los lados. El equipo es, hoy día, un barco que
zozobra navegando frágilmente gracias a un Messi cuya continua evolución es tan
lineal como increíble. Y eso es un seguro del que ningún otro club puede
presumir.
PD. Valdés,
mejor portero del mundo. La gente se pregunta cómo convencerle para quedarse.
La respuesta es evidente: moción de censura.
XI: Valdés;
Alves-Piqué (Bartra)-Masche-Adriano; Busi-Cesc-Iniesta (Xavi);
Alexis-Messi-Neymar (Pedro).
Goles: Messi
(22), Messi (55), Pique (69), Messi (75).