domingo, 18 de diciembre de 2011

En Londres empezó todo

La sonrisa eterna, los demonios ingleses, el palo del golf que Ronaldihno le pidió prestado a Severiano Ballesteros para colocar el balón en el fondo de la red en el gol que nos dejó de piedra y la bronca final. Así se despidió el Barcelona de la Champions en uno de los terribles duelos contra el Chelsea del eterno Mourinho a mediados de la década pasada, no contaban con Leo Messi.

Un año después, la sed de venganza, las ansias de victoria y el objetivo de una copa de Europa que acompañase a la solitaria orejona del equipo de Cruyff conseguida tiempo atrás, las camisetas fosforitas, el infame campo pasto de los topos que presentó el club londinense y las miles de gargantas rebosantes de cerveza y sed de sangre a un metro y medio del enano que debía correr por esa banda derecha. El enano de Messi.


La única novedad en un equipo que venia de ser vapuleado un año atrás, un argentino de la cantera que empezaba a despuntar en Liga, nadie esperaba que el equipo fuese él sólo. El superbarsa de Rijkaard encomendado al enano. 18 años. Con Xavi lesionado y un Iniesta viéndolo desde el banquillo (ninguno eran titulares en un equipo formado por Valdes; Belletti, Puyol, Oleguer, Van Brockhorst; Motta, Edmilson, Messi; Ronaldinho, Deco, Eto’o.

Ni las patadas, ni el ambiente hostil ni las provocaciones frenaron al chaval que se echó al centenario Futbol Club a la espalda y tiró del carro él solo. Ni los galones del trío atacante pudieron más que él, ni el terrible Chelsea (que mereció una Copa de Europa pero el fútbol ya se sabe no siempre es justo) pudo con él. La victoria dejó medio sentenciada una eliminatoria de la que la plebe recordará las declaraciones de Mourinho ensalzando las virtudes del Liceo de Barcelona y no el tiro con rosca que el enano casi pinchó en la cruceta. Pero poco importaba ya. Pasado el escollo más importante, el Barcelona meses después levantaría su segunda orejona tras una final que Messi se perdió por lesión.

Hoy, 5 años después, el enano acaba de levantar su segundo mundial de clubes. Falta menos de un mes para que, salvo sorpresa o votos por injustas compensaciones, reciba su tercer balón de oro. Acompañado de la mejor pareja de baile, unos Xavi e Iniesta en plena madurez futbolística y a un nivel reservado sólo para los dioses del balón, nadie duda de que es el mejor. Pero que tampoco nadie dude de su independencia respecto a la pareja de bailarines porque ya demostró, hace mucho tiempo, que en el campo el más grande es el más pequeño, como se vio en Londres una fría noche que el mundo se quedó helado.


P.D. A Messi, con casi todo ya hecho, lo llaman en Brasil esta tarde el rey de fútbol; Segurola, genio de la pluma y visionario como pocos, lo vio venir aquella noche y le dio la corona con todo por demostrar.


Crónica de Santiago Segurola en “El País” de la gélida noche londinense: “Proteger a un genio”.

El partido


viernes, 16 de diciembre de 2011

Trinche Carlovich

En estas fechas de poca memoria y muchas expectativas, Informe Robinson nos descubre la historia de Tomás Carlovich. Mito viviente.


Nacido en Rosario, cuna de mucho fútbol y más talento.  El trinche, hijo de un emigrante serbio afincado en la localidad santafesina, nació con la pelota de trapo pegada al pie. Tras su descarte en Rosario Central por técnicos que apostaban por el físico en detrimento del toque –una locura según relatan los ex-futbolistas del documento-, Carlovich se hizo famoso en Central Córdoba, equipo de “la B” argentina.

Entre gritos y admiración, Carlovich se fue haciendo mito partido a partido. El áura de genio desenfadado crecía con la masa de seguidores y fanáticos que le seguían semana tras semana. Marcelo Bielsa, célebre rosarino, no dejaba escapar un fin de semana sin verlo jugar. Con maneras de Fernando Redondo y un toque deseado por el mismo Riquelme (comenta un figura) se hizo mito viviente.

La constancia y el trabajo duro no iban con Carlovich, que se hastiaba de los entrenamientos y los madrugones y mientras disfrutada de jornadas de pesca. El partido de su vida tuvo lugar en el amistoso del combinado rosarino (donde también se encontraba un tal Kempes) contra la selección argentina que poco después viajaría hasta Alemania para competir en el mundial. En un repaso inédito, el Trinche lideró a su escuadra  en un espectáculo digno del mejor escenario. La historia estaba escrita.

Pekermann, Kempes, Valdano, Menotti y otros sabios se rinden a Carlovich. El mito acabó su trayectoria tras 20 días de su fichaje por Colón, cuando se compró un coche y volvió a Rosario porque no aguantaba más.

Carlovich, con una percha similar al del actual Maradona que aquel pibe bien parecido al reciente fallecido Sócrates, responde con sorna y una sonrisa de oreja a oreja a la retahíla de anécdotas y leyendas que circulan sobre él. El pasotismo con los entrenamientos, su constante  actitud desenfada, la convocatoria de la selección absoluta por parte de Menotti a la que no acudió porque, según él, ni se enteró, su falta de ambición y demás menesteres.

Tras dibujar una sonrisa al reflexionar sobre “lo que pudo ser y nunca fue”, su falta de profesionalidad y el mito y leyenda en que se convirtió; el periodista le pregunta qué daría por volver a tener veinte años (y poder volver jugar al fútbol), y el gitano, como le conocen los que le vieron jugar, se echa a llorar.

Una historia de un jugador que pudo serlo todo y fue todo lo que quiso: un tipo que solo quería jugar al fútbol. Un potrero de 10 con una historia digna de la más refinada y antigua máquina de escribir. Tomás Carlovich.

PD Maradona recien fichado por Newells: “Dicen que llegó el mejor, pero hay uno que es de acá y fue mejor que yo, un tal Carlovich”.


domingo, 23 de octubre de 2011

El cielo de Manchester

Inglaterra es un país con un clima triste de cojones. Pero la alegría del país, que es la Premier League, hace que enrarecidamente en casi todos los partidos luzca una solana digna de la primavera malagueña. No fue así esta tarde donde encapotado y gris, como el juego de su equipo, veían el estadio los seguidores reds.

Un presagio para los diablos rojos. Los de Ferguson empezaron el partido como sus vecinos los citizens. La Premier es una liga donde los complejos de inferioridad (ya sea económica por parte de unos y tradicional por parte de otros) no empujan a los equipos a atrincherarse en el área como los jugones que campan por nuestras ligas con orgullos regionalistas en las camisetas y los clásicos mourinhizados en semifinales de Champions League, aquí se traduce en una menor intensidad del intercambio de ataques. Así empezó el duelo, con un tímido acercamiento por parte de ambos y nadie dispuesto a dar un paso al frente. Mucho respeto.

Respeto que se pasó Balotelli por donde se suele pasar él las cosas cuando al primer toque y rozando el poste superó por raso al guardameta español. “Why always me ?”, rezaba su camiseta. Pues no lo sabemos… la verdad, pero cierto es. El mismo que se dedicó la víspera del partido a quemar su casa en el Gran Manchester -porque ahora vive a las afueras para estar tranquilo- jugando con sus amigos a los petardos en el baño fue el protagonista de la primera parte. Al ritmo del cántico dedicado al negro punky: “ooh balotelli he's a striker, he's fucking class, sets fire to his gaff throwin rockets from his bath, he doesnt give a fuck, he just does it for a laugh! Ooooh balotelli!...”, acabó la primera parte.


Nada más comenzar la segunda, a Jonny Evans, el carnicero del United decidido a emular a su compatriota Roy Keane (ya puestos podría fijarse más en George Best, que también es oriundo de Belfast), le pareció que el partido debía tener un protagonista red, y lo consiguió. A los 73 segundos agarró al díscolo Balotelli al borde del área siendo el último jugador y el árbitro no dudo en mandarlo a la ducha. Poco después el propio Balotelli anotaría el segundo tanto, todo un mazazo para los de Sir Alex Ferguson. El tercer gol, una obra maestra al primer toque obra de Silva y Milner, la culminó Agüero cazando el balón en el área pequeña. Demasiado fácil para los citizens. Con Rooney superado –en el fútbol moderno un solo jugador no puede llevar un equipo entero, que le pregunten a Messi en Argentina o a Silva el año pasado- Fletcher dibujo una parábola perfecta reventando la escuadra celeste en el tanto del honor para los anfitriones. En el descuento, con el United hundido, Dzeko (2) y silva castigaron al United como nunca en la Premier reciente habíamos visto nadie.

1-6 en Old Trafford, tras tropecientos partidos imbatidos en casa, el United se llevó una humillación tremenda de sus vecinos los nuevos ricos. Siendo más equipo que un City que demuestra en la Copa de Europa no tener tanto fútbol como luce en la liga inglesa, ni los delanteros ni Evans supieron estar a la altura de un derby que pasará a la historia. Sir Alex se fue rápido al vestuario. Mancini, con una sonrisa más ancha que todo el fondo sur de Old Trafford, tardó un poco más en marcharse a los vestuarios con sus pupilos, llevando en los hombros unas camisetas de un color totalmente distinto al del cielo de Manchester.

PD1. Ni la humillante derrota incitó a los rojos a romper el juego limpio y caer en las tretas y fingimientos treatrales de la Liga española. Un equipo a la altura de su liga y sus comportamientos. Codigos que no encontramos en el sur de europa.

PD. Silva

lunes, 3 de octubre de 2011

El día de la Bestia

En Málaga están de fiesta. Terminada la Feria de Agosto, el Sevilla de Negredo le bajo los humos al Málaga del jeque, el equipo que más expectativas levantó –incluyendo al Athletic de Bielsa- a lo largo del verano. Todo un jarro de agua fría que espabiló al club hasta catapultarlo, seis partidos después, a puestos de Champions League.

El Getafe llegó a la Rosaleda arrastrándose por la parte baja de la tabla, un partido presumiblemente fácil que obligó a los de Pellegrini a darlo todo por una victoria agónica. En una primera parte trabada lo único destacable fue la no señalización de un penalti del Cata Díaz sobre Baptista. Tras el descanso, a un Málaga lanzado al ataque le pilló por sorpresa el zapatazo de Pedro León, que reventó la escuadra con una espléndida volea tras un regular control. El Málaga encontró el empate cuando Van Nistelrooy, que no se había estrenado en Liga, pescó un balón aéreo bajo los palos de Codina. Tras el empate, una perdida de Eliseu en el lateral izquierdo (fue falta) y un remate con la mano de Miku descolocó al Malaga que veía como con nada el Getafe se llevaba el partido a falta de diez minutos.

Lanzados al ataque cual Stoke City, club inglés cuyo cántico más famoso es el de “We play as we want…”, Maresca cazó otro balón muerto en el área para la igualada. En el descuento, y con todo el empuje de la afición, a la Bestia Baptista se le acabó la paciencia y reventó la portería del Getafe en lo que puede ser el gol del año (a falta del que haga Messi en una de tantas). Tras el chilenazo de la Bestia, temblaron los cimientos del estadio y la gente se volvió loca. El Málaga se acostaba líder provisional de primera división.


Si lo único que faltaba tras la ingente inversión económica era creérselo, en Málaga están en una nube. Las rotaciones y los minutos de los que no están disfrutando jugadores que prometen como Isco, ayer revulsivo como nadie, Buonanotte, al que no hemos visto casi en temporada y Monreal, desaparecido en combate; deberán asentar los cimientos de un equipazo que debe aspirar a acabar la temporada como la está empezando. Por ahora apuntan alto, y esperemos que tengan tanta puntería como la Bestia.

PD Demichellis se consolidó como uno de los mejores centrales de la Liga, con un tackling que recuerda al mejor Mascherano y una salida de balón impecable es un seguro en la zaga. Toulalan, otro que tal baila, es el cerrojo del centro del campo y a Isco, que debe disfrutar de más minutos, se le presume un futuro increíble. ¡Como pinta el Málaga!

jueves, 22 de septiembre de 2011

De tablas va la cosa

TABLAS EN LAS ESFERAS

Empezó la tarde complicada a orillas del Cantábrico. Con la peineta de Ronaldo a su amigo Pepe (Pepe somos todos) se preveía marejada, pero tuvimos tormenta.

Poco decir de un partido donde el Moudrid volvió a evidenciar las carencias de los primeros meses mourinhistas: la incapacidad ofensiva para romper muros con horrorosos ataques estáticos. Sólo la entrada de Di María irradiaba un rayo de esperanza para un partido aburrido como ningún otro. El chispazo del argentino duro un suspiro, lo que tardó en ahogarse el mago Ozil, que este año no saca conejos de su chistera. Cristiano Ronaldo dio una clase de antifútbol, el peor del partido junto a Diop del Racing. A Granero, el héroe de Santander del curso pasado, la televisión no le robó ni un plano, por cortesía del señor José.

Tras otro lamentable partido, el presi, en su enémisa demostración de apoyo al elenco técnico/portugueis, se abrazó con todos en un intento de hacer piña en un vestuario descompuesto por las circunstancias.

Las circunstancias jugaban en otros mares, concretamente el mediterráneo. Guardiola rindió homenaje a los Cruyffistas con un arriesgadísimo 3-4-3 en el campo donde los colegiados son más caseros -que se lo pregunten a los malaguistas-. La impotencia de Alves y Mascherano en posiciones por la banda derecha donde no están acostumbrados a moverse, un Puyol en estado precario y un Abidal despistado como nunca derivaron en dos goles del Valencia que podrían haber supuesto un difícil escollo de no ser por el gol culé. El dúo Messi-Fabregas inventó otra combinación imposible para habilitar a Pedro que batío a Guaita tras desdoblarse por la izquierda.

Tras el descanso, superado el traspiés del 3-4-3 y recuperado el original 4-3-3, Messi se disfrazó de Michael Laudrup para que, con una parábola (porque en la Masía no sólo saben trigonometría sino también de curvas), su amigo Cesc siguiera sumando tantos. Con la igualdad, y un Valencia agotado físicamente por el esfuerzo de la primera parte (donde Emery le tomó la medida a Pep), Villa, el último de la clase (parece ser que esto de la gomina atonta), se empecinó en desmantelar el hat-trick del argentino en asistencias. Sólo ante el portero ché, la tiró al muñeco. El enano de Rosario la buscó, pero recibió un segundo penalty con un salto del tigre de Miguel (el primero fue una falta por detrás de Rami con el 1-1 en el marcador) y el partido acabó antes del descuento prometido. Cosas que suelen pasar bajo la luna de Valencia

Tras la quinta jornada, cuarta a efectos visuales, nos queda el consuelo de los equipos andaluces, donde Betis y Málaga aprovechan la inercia de sus buenas rachas para mantenerse en puestos de Champions. El Valencia, con un arbitraje un tanto favorecedor, sigue en lo alto de la tabla, habiendo aguantado el embiste de los blaugranas, que no es poco.


PD Jordi Alba. Un jugador con un toque, velocidad y desborde increíbles, compite con Jose Enrique, el dueño de la banda del Liverpool, por un puesto titular en la banda izquierda de la selección. Pero en otras latitudes, el Marqués Don Vicente del bosque se empeña en ignorarlos en favor de Arbeloa, ese lamentable y sucio lateral, que juega incluso cambiado de banda; sólo porque es convocado con el Real Madrid. Pero como bién sabe Silva, las quejas “off the pitch” y las reivindicaciones sobre el césped en esta federación caen en saco roto, y sólo reciben elogios y buenas maneras con títulos nobiliarios,  pero nunca minutos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Real Madrid Club de Futbol. DEP

Esta lucha de personalidades cual Dr. Jekyll y Mr. Hide en la que se ha batido el club de Concha Espina durante estos últimos años ha tocado a su fin hace escasamente una hora. El Director General, Jorge Valdano, último reducto de la coherencia y la educación en la llamada Casa Blanca, ha sido despedido por su presidente, mano ejecutora del veto al que le ha sometido el señor José.


Compañero de despachos y antaño de vestuario del verdaderamente último, pero anodino representante de los antiguos valores madridistas Butragueño y entrenador que le dio al club la primera liga tras los duros años de la hegemonía del Dream Team, Jorge Valdano se convirtió hace años en emblema y representante de los valores de la institución a la que, deportivamente y como entrenador del Tenerife (junto al genio de Angel Cappa) le “robó” dos ligas. Extremadamente cortés en el campo, en los vestuarios, en los despachos, cediendo el paso con su Mercedes a servidor en el papel de peatón suicida en plena Gran Vía y en la representación del club, a Valdano le ha podido la lucha interna que el entrenador luso ha mantenido contra él, en un enfrentamiento en el que el argentino ha rehuido de la polémica.

La llegada de Jose Mourinho, genio para unos pocos, irreverente para algunos, impresentable para otros muchos, y mal entrenador para Valdano (y muchos más futboleros), ha acabado con el propio director deportivo y con la fanatización completa de un club hambriento de títulos y con muchas ganas al eterno rival. Una afición entregada a la causa del demonio que evitó que los culés levantaran la orejona en el propio feudo disipó las dudas del presidente.

En el club deberán tener cuidado de a qué, o a quién, se están encomendando. Por lo pronto estamos ante un equipo plagado de mercenarios que se evidenció ante millones de espectadores al prodigarse con excesiva violencia en los choques posteriores a la mayor humillación deportiva jamás recordada (otro triunfo de “Mou”). Fanatizados por un técnico avalado por triunfos cimentados en ingentes inyecciones económicas y defendido por sus mercenarios, jugadores y ayudantes que lo ven como una especie de santo comprensivo y cariñoso con sus jugadores que regala sonrisas y caramelos a los niños del terremoto de Lorca, aunque retirase al árbitro Anders Frisk de los terrenos de juego por, según su propio criterio, regalar una eliminatoria al Barcelona (¡oh, diantre!) de Ronaldinho y Messi, atacado salvajemente por Del Horno pero teatralizando según Mournho -¿les suena?- y denunciar al colegiado sueco ante los hooligans ingleses avidos de carroña arbitral.  El mismo que dicen lo habla todo a la cara y de frente, que nunca se esconde, no quiso reunirse con Valdano y el presidente en una reunión a tres para dejar las cartas sobre la mesa. Jugadores y staff inmersos en una secta, para que nos entendamos.

La ya de por sí escasa admiración que levanta el Madrid de las confabulaciones y las conspiraciones judeomasónicas urdidas contra ellos por dios sabe quién, sufridor de abucheos, criticas, apedreos de autobuses e insultos en el noventa por ciento de los campos que visita (por envidia, según algún que otro jugador de acento incomprensible y dientes de pony, sevillano para más señas), se verá reducida a la nulidad tras el despido de la última voz coherente de Chamartín.

Mourinho ha obtenido todo el control de un club en crisis. Avalado por un año que será recordado por la "manita" en donde se autoexculpó, la vuelta a Wembley del Barcelona, el certero camino de Messi a por su tercer balón de oro y la agonía de aquella antigua y respetable institución llamada RMCF, el entrenador tiene casi todo el apoyo de un madridismo entregado a su cruzada personal. Con la marcha de Valdano como colofón final a un año esperpéntico, y siendo imposible guardar el mismo respeto que por la antigua institución, esperemos que en esta irrespetable e indecente nueva empresa que es el Real Club Florentino, sigan este personaje de José y su muñequito vasco muchos años más. 



Visto desde la prensa de Madrid, con menos mala leche pero más claro que aquí. http://www.marca.com/blogs/nomegustanloslunes/2011/05/25/la-disfuncion-de-florentino.html

martes, 24 de mayo de 2011

La batalla de San Jorge

El próximo sábado se juega la final del torneo más importante a nivel de clubes. Los dos mejores equipos europeos de la última década se juegan el título de Rey de Europa a partido único en el mítico Wembley donde el Futbol Club Barcelona se las verá con el Manchester United, reeditando la final de hace dos años, donde el Barcelona consolidó un modelo trabajado durante casi dos décadas.

Acostumbrado a destacar en las finales, Messi sabe lo que es ganar una final de Champions al MU

La cruz de San Jorge, enarbolada por la República de Génova que controlaba el comercio naval mediterráneo en el siglo XI, fue la bandera insignia de la Royal Navy –la mayor potencia marítima del mundo- tras el permiso solicitado por Inglaterra para portarla en sus buques; siglos después es el emblema nacional. En otro lugar del mediterráneo, el equipo que deslumbró al mundo hace veinte años y consololidó su estilo con un cabezazo de Messi ante los ingleses en la ciudad del Coliseo porta la misma cruz bordada en parte de su escudo, la reservada el emblema de la ciudad y no a la cruz de bandera de del país de origen del fundador, como algunos creen equívocamente.

El choque entre estas dos potencias futbolísticas mundiales, como máximos representantes y exponentes de sus respectivos países se presta tan apasionante como incierto. El Barcelona no tuvo problemas hace dos años cuando, necesitado del triunfo como justificante último a la filosofía del club, pasó por encima de unos ingleses entregados a la causa de aquel ofuscado jugador mediocre en lo colectivo elevado a los altares del fútbol por la gracia del marketing y la caverna. Ahora, despojados de cualquier influencia lusa, el antiguo Newton Heath es un equipo infinitamente más completo, y por lo tanto más peligroso.

Ya ensalzamos sus virtudes e historia en este mismo espacio, pero es necesario recordar que cuando en un equipo prima lo colectivo y los objetivos del grupo por encima de cualquier meta personal, el reto de los rivales es sumamente complicado. Sería impensable tratar el choque como un enfrentamiento de figuras, aunque los dos mejores atacantes del mundo se enfrente cara a cara. La imposición de estilos, donde frente a los violines de la dispuesta orquesta sinfónica culé Sir Alex Ferguson proyectará telarañas en la media para frenar al trío calavera y plantará volantes escopeteados para robar y cabalgar; será lo esencial de la eliminatoria.


Motivados por el escenario de la final, a un Barcelona de ciclos interminables que el mismo Ronald Koeman catapultó a los altares del balompié esta final no le cierra ningún ciclo, puesto que la autorenovación de la masía promete venideros años de gloria. Al contrario que equipos históricos dependientes de figuras extranjeras y de ideas abanderadas por entrenadores unicos como puede ser el Milan de Sacchi, este Barcelona no contempla Londres como el final del viaje, sino como una pequeña parada donde poder clavar su bandera. Una bandera que, dibujada con la misma cruz de San Jorge que llevan los ingleses, simboliza el seguir imponiendo su hegemonía mundial y el triunfo del estilo para, tocando los violines, alcanzar la gloria una vez más, y seguir recorriendo el camino.

PD El análisis e historia del Manchester United en este mismo blog http://trasterodel10.blogspot.com/2011/04/newton-heath-imposible-de-derribar_6792.html

domingo, 22 de mayo de 2011

Relaño, el Madrid y la hipocresía futbolística

El señor Alfredo Relaño, director de uno de los diarios que compiten por ser la bandera periodística del Real Madrid (As), se queja en un artículo de título igualmente estructurado del “fair play” financiero, lo cual es muy lícito. Pero veamos la situación desde otro punto de vista.

En su artículo –adjuntado al término-, el director del diario se queja del desequilibrio financiero derivado de las grandes fortunas petrolíferas que inyectan ingentes cantidades de dinero en clubes, por decirlo de algún modo, no de primera categoría. Relaño, destaca que clubes que se alejan de la grandeza histórica del Liverpool, Madrid, Ajax, Barcelona o Manchester; ya sean Manchester Cities, Chelseas o Málagas, monopolicen el mercado por el crédico ilimitado del que disponen, pudiendo derivar la situación en una incapacidad económica de los grandes clubes por competir en el mercado de fichajes.


Para el señor Relaño, que esto le preocupa sobremanera, sería inimaginable un mundo donde el Real Madrid no pudiese comprar cada verano esa tanda de estrellas mundiales que cada verano recalan en la casa blanca. La UEFA, que comparte ideas con nuestro director del periódico y “penaliza” cuanto puede estos comportamientos, ha creado una norma que a partir del 2014 sancionará a los clubes que realicen estas prácticas financieras. Los clubes no podrán gastar más de lo que generen, lo que significa que, por muchas cantidades que manejen estos nuevos ricos, nunca podrán competir con estos viejos adinerados, que tienen un tinglado económico montado girando sobre una rueda que no para de reportar beneficios.

Para entendernos. Si los nuevos ricos de oriente eran los únicos capaces de revertir la situación bipartidista gracias a los petrodólares y podíamos ver a equipos como el City hacer grandes cosas, ya se encargan los de la UEFA de evitar estas igualdades penalizando los petrodólares. Y es que se vive muy cómodo cuando, gracias al tinglado mediatíco que rodea a los grandes de España, la situación deportiva solo genera desigualdades deportivas que derivan en ligas escocesas sin interés.

Si existía un mínimo vestigio de avistar algo de igualdad, la UEFA lo impide. Lo que nos lleva al caso de la pescadilla que se muerde la cola. Esta situación bipartidista donde dos equipos someten a los demás cada año, es impensable cambiarla por un modelo en el que existan 5 ó 6 equipos capaces de hacerles frente. Ya que lo que interesa es engrosar la caja fuerte y la sala de trofeos en torneos sin interés. Si ya los derechos televisivos derivaban en una desigualdad brutal per se, la nueva norma europea elimina cualquier esperanza para los llamados "pobres". Y así, el madridismo respira tranquilo, y gente como Relaño podrá seguir disfrutando de esas goleadas a equipos sin capacidad económica y decir que el Madrid es un equipazo. Pero a nosotros no nos engañan, esta liga es una verguenza, y ningún jeque tiene tiempo para revertir esa situación. Una lástima. Lo que para unos es un triunfo para otros una decepción. Aunque hay quienes se consuelan con las goleadas de cristiano...hay gente pa tó.  

PD Desde el trastero del 10, celebramos que clubes como el Barcelona, que por otra parte también es beneficiario directo del tinglado –pero infinitamente menor que su vecino castellano- no dependan tanto como su rival de esas económias monopolizantes y, año tras año, le den un repaso a los chicos de Microsoft/ACS con un equipo repleto de canteranos. Ya que a equipos como el Málaga o el City, ni los jeques pueden salvarle de la pobreza.

Artículo de Alfredo Relaño en diario As.

miércoles, 18 de mayo de 2011

“Fermín el del banderín”, un tío chulo

El otro día, este correcalles, pelirrojo y, para más INRI, con cara de “Billy el niño” se las gastó peores que el archifamoso forajido.

El gesto aniñado y la expresión seria, como de chaval que se devana los sesos para resolver esa división con decimales, no amilanan al pamplonica que, al menos lo parece, se crece ante las adversidades. Años de recorrer la banda con miles de gargantas en la nuca acordándose de su familia y lanzándole piropos que no bajan del “jarrai muérete” han forjado un carácter de hierro y una firmeza extraña en esa profesión donde crecen las dudas y los “Rafa no me jodas. El mismo que se cuadró ante cuarenta mil personas en el Sanchez Pizjuan porque no lo vio del todo claro y pone cara de “no te meto dos hostias porque pierdo mi trabajo” a cada jugador que se acerca a recriminarle algo nos dejó el domingo la imagen curiosa de la jornada.


Tras una protesta de los jugadores del Villarreal, encabezada por Marchena, Cani y otros jugadores fueron a hablar con el juez de línea. Este, acostumbrado a semejantes percales, no se amedrentó, ni mucho menos. El línea, con esa expresión de contención y perdonavidas (cuanta mala leche albergará ese hombre dentro), decidió marcar no solo su territorio (que es el lado exterior de la cal) sino invadir el terreno de juego con un paso al frente para, mirando a Cani a los ojos, en un alarde de autoridad, pisarle el pie con parte de la mala leche que lleva guardándose años. Undiano Mallenco, otro navarro con la sana costumbre de permitirles ciertas licencias en finales y semifinales de copa a los defensas madridistas, amonestó a Cani que, después del largo pisotón, empujó levemente a Fermín para quitárselo de encima.

Fermín, por más poderoso que sea que Chuck Norris, y a pesar de no ser mal linier, deberá dejar esos alardes de fuerza para la calle, donde quizás si que sea verdad eso que para chulo, su poloflash. Por lo pronto le han metido en la nevera, y bién que han hecho.
P.D. El asunto con el humor de “El día después”

miércoles, 4 de mayo de 2011

Football is coming home

El Barcelona vuelve a casa, o mejor dicho, a su segunda casa. El año en el que Barcelona celebró sus juegos olímpicos y se abrió al mar y al mundo se empezó a forjar la gran leyenda del club a raíz del obús de Ronald Koeman en el mítico Wembley. Ayer, casi veinte años después, el Futbol Club certificó su pase a la final que se celebrará en el nuevo estadio.

Con Atila alejado de los focos y sus jugadores entregados a la única causa que se les presupone: el fútbol. El Madrid saltó al césped con la alineación más ofensiva de la serie, mermados quizás por la extraña decisión de jugar con Kaka y Higuaín, que están lejos de poder competir en un choque de estas alturas, al Madrid le faltó tino. Sin amilanarse y presionando, los blancos no estaban dispuestos a esperar en la media, pero el entusiasmo le duró diez minutos. Progresivamente, el Barcelona fue cogiendo más terreno y ganando en ocasiones. La primera parte acabó con el Madrid pidiendo la hora y Casillas ganándose el sueldo.

La entrada de la segunda parte nos trajo la jugada polémica de la noche. Piqué derribó a Ronaldo al borde del área cuando, en su caída, derribo a Mascherano y éste no pudo cortar el balón que recogió Higuaín para, una vez anulada la jugada, meter el balón entre los tres palos. El árbitro interpretó falta de Cristiano (un tanto piscinero) sobre el jefecito y la anuló. Desde mi ignorancia arbitral pero pensando con raciocinio. Si la falta existe sobre Cristiano y se deja seguir la ley de la ventaja se anularía con el derribo de Masche que, sin el traspiés del luso, hubiera cortado el balón. El rocambolesco  Madrid tiene una jugada con la que politizar y maldecir más rocambolesca aún. A su vez, hay que decir que Carvalho, Marcelo, Lass (el mejor del Madrid) y Adebayor debieron ser expulsados. A ninguno le achantó la primera cartulina y el colegiado, escapando de líos, se decidió a no expulsarles tras las reiteradas faltas merecedoras de la segunda papeleta.


Los porteros, esos extraños de las alineaciones, evidenciaron los poderes y carencias de sus propios equipos, y se convirtieron en el mejor reflejo para una lectura de las circunstancias. Mientras Casillas achicaba ocasiones manifiestas de gol y adelantaba 35 metros la pelota para rifarla con pelotazos. Valdés, expléndido en su juego de pies, empezó la jugada que hundiría al Madrid. El pase inició la jugada con un sutil toque a Alves por encima de la delantera y la cabalgada del brasileño por ese agujero que es la banda de Marcelo para dejársela a Iniesta que, con visión periférica dejó solo a Pedro para repetir su gol del Bernabéu el pasado año.

Tras la respuesta de Marcelo, expléndido en ataque pero horroroso en la defensa, el Barcelona se limitó a matar la eliminatoria en los últimos minutos en los que el Madrid, necesitado de dos goles, no volvió a ver la pelota. La eliminatoria se sentenció con la entrada al campo de Abidal para que, superado el cáncer de este, el Barcelona alcanzase la final que se le negó el año pasado.

Tras cinco semifinales y dos champions del Barcelona en seis años. El Madrid, fanatizado por su líder, volvió a jugar su partido en los medios. Dice mucho que la primera vez que alcanzan estas semifinales en los mismos años en que su rival domina Europa el balance sea de tres tiros a puerta en los dos partidos (y dos en la misma jugada)

La serie de estos extraños y cansinos play-offs se salda con reflexiones peligrosas. Unos verán conspiraciones y denuncias a la vez que se satisfarán con la igualdad de resultados. En una serie que exigía dosificar esfuerzos y valorar venideros choques, el Barcelona le ganó al Madrid con todas las de la ley, aunque otros piensen lo contrario.

martes, 3 de mayo de 2011

Noche de Champions, noche de fútbol

Hoy es el día del fútbol. Desde Chamartín quieren jugar con la gente, engañar y manipular. El jefe dice que lo tienen chungo. Cero responsabilidad. El partido pasa a un segundo plano. ¿Una vuelta de la semifinales de Champions League en segundo plano?. ¿Es una broma o un truco?.

Cualquiera que sepa un poco de fútbol sabe que lo más importante está sobre el césped, no en los despachos. Y esta noche sobre el césped, cortito y cuidado, césped de fútbol de salón, está un mago sin truco. Para hacer esa magia que medio mundo está deseando ver. Lo demás está de sobra.

sábado, 30 de abril de 2011

Bendita falsa modestia

La polémica suscitada tras el penúltimo carrusel de clásicos sitúa a los dos técnicos en el punto de mira de las críticas que surgen de todas las direcciones posibles.

Tras el varapalo de la Champions, el técnico del Madrid se desahogó a fondo contra su demonio particular (FCB) con medias verdades, falsas y graves acusaciones y falsas promesas tardías en temas tácticos. Por su parte, Pep volvió a su tónica habitual, no sabía nada y no tenía nada que decirle a José, puesto que ya le regaló su Champions en la rueda de prensa. El puto amo ahora era él.

José, impotente ante un Barcelona superior contra once y, más aún, contra diez, no buscó más culpables y responsables de su catástrofe particular que las altas estancias, las conspiraciones y las manipulaciones funcionariales. Quizás traicionado por su ego, no olvidemos que, tras una emotiva presentación de power point del portugués ante la directiva culé, el club prefirió a Guardiola (entrenador de casa pero sin experiencia en la máxima categoría) que a él (entrenador de renombre mundial). Sea como fuere, Mourinho se olvidaba rápidamente del pretérito perfecto. Apuntaba contra árbitros que en un pasado supuestamente beneficiaron al Barcelona pero no mencionó nada de otros colegiados que actuaron cuando la moneda cayó del lado del portugués. El entrenador se autoexculpó a él y a sus jugadores y se quedó tan ancho. El madridismo (estadísticamente) está con Mourinho, pero no sabemos si es una campaña de manipulación o si es verídico. Reflexionando, es evidente que la temporada blanca ha resultado ser la mejor de los últimos ocho años, si bien es cierto que la inversión económica ha sido bestial y ha crecido exponencialmente, sobre todo desde la llegada de Hans a la presidencia. Sin embargo, la crispación ha alcanzado cotas “top” en este club. Las relaciones con las instituciones y otros clubes se han deteriorado de forma sin precedentes y los jugadores, tras éste último partido, parecen haber retirado el apoyo a su entrenador.

En el Barcelona, luchando contra viento y marea frente al poder de los medios de comunicación nacionales (la prensa internacional alaba los éxitos y triunfos del club mientras que aquí se ponen una y otra vez en duda), Guardiola mantiene un discurso que, por excesivamente educado y respuetuoso, los medios y el club rival lo califican de pedante y falsa modestia.

El entrenador ha mantenido su discurso durante todo su ciclo en el club. Ha mantenido la concentración de unos jugadores acostumbrados al éxito frente a rivales infinitamente menores ensalzando sus virtudes cuando muchos veían una clara superioridad y no se le ha visto ninguna salida de tono en este periodo. En la prensa blanca, lo critican por haberse lamentado de que el linier tuviese tanto acierto para ver un escaso pero justo fuera de juego, tergiversando sus palabras y transformando una observación en una queja. Como si criticase la decisión del linier en vez de lamentarse porque éste tuviese tanta vista o Pedro arrancase dos metros adelantado, que no es lo mismo.

Cada uno se formará sus propias opiniones y apoyará a quién quiera o con el que sea más afín. La realidad es que el Real Madrid ha perdido una liga dejándose puntos contra rivales que pelean por mantener la categoría mientras que el Barcelona, tirando de prudencia o de falsa humildad –cada cual lo ve como quiere- va a ganar su tercera consecutiva y esta camino de llevarse la segunda Champions en tres años.Bendita falsa modestia.

Pero ahora parece que lo que importa es ver que video de la entrada de Pepe está manipulado, que tiene tela.

Recomiento encarecidamente leer la entrada del blog de Trouroblaugrana http://trouroblaugrana.blogspot.com/2011/04/estamos-todos-locos.html para hacer un objetivo repaso de esta casa de locos que está siendo el carrusel de clásicos.

jueves, 28 de abril de 2011

La pelota tiene razón

Las casas de apuestas lo tenían claro: con el dinero no se juega y existía un favorito, y ese favorito no jugaba de local ni contaba con todos sus efectivos titulares. El fútbol les dio la razón.

El Madrid echó a correr el esférico y a los 15 segundos ya dibujó una clara parábola sobre las cabezas del centro del campo blaugrana hacia tierra de nadie. Las cartas estaban sobre la mesa, excepto una quizás del Barcelona, de la que hablaremos más adelante. La baja de Iniesta, coartada en la que se escudó “el puto amo” para atrincherar a Pepe en el centro del campo no le hizo cambiar de opinión. Tampoco la medrada defensa culé, con la improvisada experiencia de Puyol en el flanco izquierdo alentaron la escasa mentalidad ofensiva del conjunto local. Con esta situación, los blancos se alinearon tras la linea de la divisoria, mientras que los azulgranas buscaban los pocos resquicios que deja un equipo que defiende con 9 de campo en su medular. Aun así, las mejores ocasiones fueron para los de Barcelona. Messi se volvió a inventar un pase imposible pero Xavi (espléndido todo el choque) topó con Casillas. Un par de acciones individuales de Villa, que parece recuperarse poco a poco, avisaron a la porteria del fondo sur. Por parte del Madrid las ocasiones llegaron solo a balón parado tras dos piscinazas de Di María, que le sacó la cartulina a Dani Alves.

No faltó la polémica, los culés, cansados de recibir y del juego al borde del reglamento de los otros partidos, las intimidaciones al árbitro y las guarradas fuera de tiempo (de esto no se pudieron librar) exageraron las faltas de los blancos que se saldó con la amarilla de Arbeloa (con olvido de la de Ozil). Una tangana en el túnel de vestuarios donde a un feo gesto de Pinto le correspondió una chulería de Chendo (contagiado por la excitación constante del banquillo blanco) se saldó con la expulsión del portero suplente en el intermedio.

La salida de Adebayor y el adelanto de la linea de presión dificultó la fácil salida de balón de la zaga capitaneada por Piqué, excelso en la salida de balón pero inocente en dos ocasiones. En el minuto sesenta, Pepe hizo de él mismo. Se empeñó en que Dani Alves protagonizase la danza de los cisnes en pleno salto con una salvaje plancha que impactó en su tibia y le hizo rotar 180 grados una vez en el aire (lo cual es imposible por empuje propio una vez iniciado el salto), y le hizo un flaco favor a su equipo. A partir de aquí, el Barcelona jugó con el rival. En el banquillo de los 140 millones no hubo movimiento, en el de los tres y medio (tres de Affelay y medio de Pinto) sí. El cambio de Pedro, falto de chispa y pisado salvajemente por Marcelo, por el holandés marcó el punto de inflexión. Desde Breda agarró la pelota para, con una suave pausa y el semirresbalón del brasileño, desbordar al lateral y dársela a Messi que, huyendo de la marca de Alonso y anticipándose a Ramos, anotó el primero.

A partir de aquí fue coser y cantar, más bién hilvanar pases hasta encontrar otro hueco. Messi, impaciente, se lo buscó el solo. Agarró la pelota en la media y, regateando a los cinco defensores que lo seguían, batió cruzado al portero por el palo largo. La eliminatoria estaba sentenciada. Pep le terminó de pintar la cara a su homólogo con la salida de Sergi Roberto, un chavalín con cara de querubín que deslumbra a quién le ve en el filial. El arbitró pito el final y el puto amo había caído con todo el equipo. La rajada en rueda de prensa, donde al Real club Florentino (personificado en la figura del portugués) sólo le quedó el pataleo ridículo, evidenció la impotencia blanca. 

Demoledora lección de estrategas. En el duelo más importante del carrusel de clásicos Guardiola regaló la champions de la sala de prensa para dar un pasito más hacia ese santuario culé que es Wembley. El Madrid, que no quiso ir a por el partido en casa, sólo le quedaron las lamentaciones y las conspiraciones, fanatizados por un técnico que, pese a venir con la etiqueta de mejor entrenador del mundo, poca herencia futbolística va a dejar en Chamartín. A los culés, cimentados en la posesión de balón (500 pases frente a los poco más de 100 blancos), el fútbol les dio la razón que Cristiano parecía querer robarle la semana pasada con aquello de "la posesión no importa". La prensa internacional, única medida neutral en estos mundos, alabó la victoria culé.


P.D. Un saludo a Antonio Burgos. El señoritingo andaluz con bastón, firmante en ABC y disfrazado literal, que no literariamente de Hemingway, que deseó una manita para los culés porque le irrita que en Cataluña quiten los toros pero humillen al Madrid al compás de los “olés” que marca el, para él, alelado de Messi. Vaya usted con dios, y con la UEFA, que seguro que estará viendo conspiraciones y ovnis, como medio madridismo.

miércoles, 27 de abril de 2011

Guardiola. Acoso y derribo

La constante provocación de la prensa centralista junto a los improperios y la mala educación de Mourinho recibieron lo que ellos creyeron como “su premio” tras la reprimenda de Pep Guardiola.



España es bipartidista. Antes como posición ideológica y política y ahora, en tiempos de apoplejía mental, deportiva (y política también). Rojo o facha, izquierda o derecha, pesoe o pepé, y siempre, o mejor dicho a partir de la decadencia atlética, Barcelona y Real Madrid. En tiempos de héroes descafeinados y figuras del deporte con ridículos coeficientes mentales también: Messi o Ronaldo, Mourinho o Guardiola. Lo demás nos trae al pairo. En este contexto los medios de comunicación, que no de información, saltan a la carroña fácil. Bombardeos de análisis, reportajes y comparaciones a todas horas, telediarios deportivos de cincuenta y cinco minutos y presentadoras carne de solarium sin tener ni puta idea de lo que hablan. Los antiguos telediarios ya no sirven, la tragedia de África no da publicidad y la situación política está tan corrompida que a la plebe solo le queda el fútbol y las pipas como salida de escape a la rutina diaria. De esta situación no escapa nadie, la gran mayoría somos partícipes y en gran parte culpables de ello. El mejor escenario para la manipulación pura y dura. Pero todo tiene sus límites, los límites que rebasó la caverna españolista llevada en volandas por Hans Topo, anteriormente conocido como Florentino.

Históricamente, el partidismo y el periodismo de camiseta siempre ha existido. Nunca faltarán en este deporte las polémicas, los victimismos, las acusaciones y las denuncias. Siempre ha habido y siempre habrá tales comportamientos. En otros tiempos, la diferencia radicaba en que el primer equipo de España era el que más aficionados, títulos y reconocimiento gozaba. Pero en veinte años, casi sin que nadie se diera cuenta; la llegada de Cruyff al banquillo del eterno segundón victimista, el aterrizaje de Ronaldinho y la explosión definitiva de la masía (Messi a la cabeza) y el nombramiento de Guardiola de entrenador ha provocado un cambio de papeles y situado al Barcelona en la cima del deporte rey. Demasiado para aquellos viejos ricos. Nada duele más que al eterno rey le llegue la hora y le desbanquen de su trono. Encima el eterno rival. Halagados y deslumbrando en todo el mundo, sufriendo humillaciones temporada sí y temporada también. Demasiado para la caverna y demasiado para España, encima catalanes, quitan los toros y quieren la independencia.

El primer año se entendió como algo pasajero y espontáneo, una moda. El segundo empezó a cansar, Hans (españolito de pro) no lo toleró y acudió al rescate cual mesías, tampoco resultó. Para el tercero solución de urgencia: traerían al demonio culé, aquél que los salvó de la hecatombe que hubiera sido que la masía levantase su cuarta orejona en su propia casa, y toda la artillería pesada. La humillación del 5-0 con la que entramos en el invierno fue la gota que colmó el vaso, ni una más, el madridismo había explotado. Mientras el demonio calentaba el ambiente semana tras semana, la prensa pinchaba un poquito más cada vez y el querido Hans tiraba por el retrete los antiguos valores (ya de por sí dudosos) del señorío y la educación. A la señora educación la tiraron por inercia puesto que no hacían mucho uso de ella y el carrusel de clásicos se presentó como una oportunidad de oro. Tras largas humillaciones, el madridismo ganó la copa del rey, para luego tirarla cerca de donde yacía la educación, y se creció.

La caverna de florentino no ha visto mejor momento para rematar la faena, han preparado un ataque suicida con todo, y Hans ha invertido muchos millones para que el Barcelona vuelva donde el cree que merece estar. Las continuas sandeces y despropósitos que sueltan los maledicientes periorrisas junto a los improperios de Ramos y el demonio han convertido al Barcelona, y sobre todo a Guardiola, en un objetivo inofensivo contra el que descargar sus penurias e insultos. ¡Y cuidado que no se defiendan!. Porque pecaran de falsos humildes y de prepotentes y ególatras. Aquí solo se queja el madridismo, a los demás que ni se les pase por la cabeza.

Parece mentira, pero el madridismo lo ha conseguido, a base de periodistas con cierto retraso mental, forofismo y antideportivismo. Luego queremos Fair Play, yo te parto la pierna y te piso los huevos, pero no se te ocurra quejarte ni mostrar signo alguno de dolor (veasé Arbeloa, dos veces), porque pecarás de cuentista y soberbio. Cada día nuevas patrañas, denuncias e insultos hacia el Barcelona, tergiversaciones y críticas constantes, y como te quejes has entrado al trapo, eres un falso humilde.

De alguna extraña manera y forma de manipulación, todo lo que se diga o haga contra el Barcelona es lícito, pero ojo como alguien diga o haga algo contra o que ponga el duda al Real Club florentino. A Diego Torres, gran redactor del País y narrador del universo blanco, lo ponen a caldo como se le ocurra mencionar en un artículo que Mourinho dice o hace tal cosa. Incluso en el barcelonismo han instaurado un clima de amansamiento peligroso. Si un escritor de "El País" compara al susodicho Arbeloa con Mayor Oreja, ahí están los que denuncian el "periodismobasura", no vayamos a caer en la tentativa de comparar ambos mundos de sinverguenzas, a riesgo de que la mierda se mezcle. Y a Martín Girard, tanto culés como lecheros se le tiran al cuello por escribir artículos en unos ambientes imaginarios surrealistas (demasiado para esos cerebros atrofiados) y cuidado si se le ocurre mencionar las banderas nazis de los seguidores del Madrid, ya están los pseudointelectuales del fútbol, esos adictos al twitter denunciando conspiraciones periodísticas. Puesto que todo lo que no sea hablar de tácticas es, otra vez, periodismo basura. Automatismos preparados para recibir, recibir y recibir.

Ante tanto imbécil Guardiola ha respondido hoy. No contestaba “indirectas” y la respuesta ha llegado con el tuteo. Ha puesto al demonio en su sitio, al lateral zevillano corto de miras en evidencia y a los que disfrutamos con la sátira nos ha recordado quienes son los "amigos de la lechera”.

Pero como el tinglado mesetario tiene todo el circo montado. No estamos hablando de un hombre educado que ha aguantado las insinuaciones, acusaciones y los vilipendios del malediciente, grosero, triste y provocador hasta que le han mencionado con nombre y diminutivo y ha contestado harto (como es lógico) a la enésima provocación. Ahora se habla de que el falso humilde, gracias a la habilidad de las tretas y triquiñuelas de ese complejo juego mental al que le somete el gran Mourinho, ha sacado a relucir su verdadera personalidad. Con dos cojones.

martes, 19 de abril de 2011

El sueño de José (Mourinho) y Martín Girard

José la divisó a lo lejos, había salido de su casa victoriana, de unos cuantos millones de euros, y decidió que no habría mejor ocasión para refrescarse el gaznate. Un chico rubio, de pelo largo y lacio (como el suponía que le gustaban a su vecino de las afueras de Madrid) le abrió la puerta con una sonrisa de oreja a oreja. Le saludó cortésmente, le preguntó como le iba todo, que era de Santander y ahora se encontraba a la deriva. Pero sin rencores. Mourinho entró, pensando que ese chaval estaba ido, en cualquier caso le sonaban esas maneras y esa forma de andar, pero pasó del botones y entró a por un trago.

Si pensaba entrar en una taberna tranquila, se había equivocado de pub. Mourinho, que era persona afable y querido entre sus allegados, reconoció a casi todo el personal. Ahora tendría que hacerse el simpático, una lata, pero debía guardar las formas puesto que no estaba en una rueda de prensa. Decidido a saludar al diablo, con pinta de ejecutivo de Telefónica y asiduo al palco madridista, algo distrajo su atención. Un dossier con membrete del Inter de Milán, firmado por Martin Girard y con una nota: para H.H.  Lo recogió del suelo y ojeó algunas páginas. Algo le contaron a orillas del lago Como sobre Helenio Herrera. Mourinho, lamentó no recordarlo maldiciendo por qué tendría la fea costumbre de pasarse por la piedra la historia de los sitios donde trabajaba. Indignado por el contenido, descubrió antiguos planes para romper defensas. ¡Era un ensayo anti-catennaccio! Estupefacto, miró a ambos lados, se aseguró que no le viesen y se escondió el informe dentro de la solapa. Sentíase como Jorge de Burgos, lo recordó de una película que una vez vio con su vecino un fin de semana de selecciones. Este documento guardaba un asombroso paralelismo con la película (y el libro que nunca leyó) y, como aquel libro de Aristóteles que hacía apología de la risa, no debía ver la luz. La plebe no podía tener conocimiento de estas herejías y pensó que la risa, como el fútbol fantasía, acabaría con el respeto, el miedo y el resultadismo. No estaba dispuesto a dejarlo correr.

Satisfecho con su descubrimiento, observó que un abuelete lo miraba con una sonrisilla burlona. No sabía José, que Gonzalo Suárez (firmante como Martín Girard) guardaba copias mecanografiadas del dossier, y se las había dado a su enemigo Pep, que era un declarado devorador de libros, amante de la risa (aunque no reía en público con asiduidad) y del fútbol fantasía. El ensayo estaba a salvo. Antes de llegar hacia el ejecutivo, observo como Granero y Pedro León ahogaban sus penas en unas jarras de cerveza que les había, entre consejos, dado Michael Robinson. Quién prometía a las figuras tiempos mejores con campos cortados al raso, además de minutos de gloria donde desplegar sus habilidades.

Mourinho dirigió una mirada malintencionada a la muerte, que bajo la túnica negra vestía calcetas azul y grana, y llamó a la rubicunda Doris que, sentada sobre el capitán Grasón, discutía con Gonzalo Suárez sobre el fútbol del Manchester United. A Mourinho esto le pareció una tontería como una casa. Sorbiendo la jarra que le sirvió la camarera, de golpe miró al televisor, donde antes de la previa del derby de Londres se sucedían unas imágenes que Mourinho nunca quiso ver. En la ciudad de la cultura los teatros estaban vacios, y la calle se llenaba de gente con barretinas que se pegaban, gritaban y saltaban. A Mourinho, que se temía lo peor, solo le faltó ver al enano de Rosario borracho, con un micrófono diciendo que el barcelonismo se merecía esto y más, y que la temporada no había terminado. José, desconcertado, recordó por qué estaba allí, y vio al campeón de copa disfrutando de su título.

Entre las risas de Michael y Martín Girard, las de la muerte consolando a Pedro León y Granero y la cara de póker del cántabro. Mourinho despertó de su sueño. Se encontraba en un cómodo sofá que había mandado instalar en su despacho (no fuera a ser que se sentase en el antiguo de Manuel, que ahora vivía en los suburbios del sur, pero eso era algo que no podía pasarle a él, ya se había encargado de que el público se enterase). Miró su reloj, aquel que le había regalado su presidente y respiró tranquilo. Todavía quedaba un día para la final de copa, por lo tanto, el demonio catalán, el amigo de los árbirtros, esos malditos conspiradores, no había ganado nada. Por no haber no había ganado ni la liga.

Raudo y veloz, sabedor que de tenía tiempo suficiente para preparar el choque del día siguiente, corrió hacia el campo de entrenamiento. Sabedor de que las cámaras no tenían cabida en sus entrenamientos (como su amigo Pedro León) instruyó a su segundo. Karanka era un vasco afligido al que nadie reconoció ningún mérito en ser partícipe de las últimas tres copas de Europa blancas. Orgulloso y fiel a su amo, por un día dejaría de ser el correveidile del vestuario. No importaba que el preparador de porteros y el fisio se descojonaran y rieran de él, podrían mofarse todo lo que querían, hoy sería el jefe del entrenamiento. "Nada de ataques estáticos", dijo Mou. "Cerrojo y contragolpe, ¡ah!, y dile a Ozil que deje de ensayar saques de falta".

Con el trabajo bien hecho, una última carrera hacia la sala de presa para terminar los deberes, no sin antes recordarle al de seguritas que había que darle de comer a las bestias, pero no cualquier cosa, Pepe debía estar a tope para el día siguiente. En la rueda de prensa esperaban Inda y Relaño. Otro director de periódicos, del que se comentaba su afición a los tutús y era tocayo del murciano León, dirigía las preguntas. José respondió a las mismas de los directores de periódicos deportivos y, satisfecho de haber ganado una batalla más, rodeado siempre de gente importante se encontró con Alonso para que le llevase a casa en su Ferrari, regalo del ruso. Fernando le recordó lo importante que era el choque, pero Mourinho pidió silencio, quería estar tranquilo la víspera de la final. Sus planes se truncaron cuando, a puertas de su casa en las afueras de Madrid, esperaba su vecino. El arquitecto con pinta de bujarra y fular multicolor, asiduo a los programas de casas de lujo en cadenas supuestamente progresistas, le esperaba con una sonrisa de oreja a oreja, y le dijo que por qué no entraban y veían “Casablanca” juntos.



PD Para entender esta pequeña historia ambientada en los escenarios surrealistas de Martín Girard, habría que conocer los artículos del mismo en El Pais. Del que me gustaría copiar un estracto de su escrito de hoy: “Primer Round”.
“Antes de que el partido comenzara, el hijo de la mujer invisible manifestó la conveniencia de que un determinado jugador pateara la cabeza de otro para quitarlo de en medio en las venideras confrontaciones. Hasta La Muerte se sonrojó. Y el Diablo, que era del Madrid como Dios, con su pezuña zurda, propinó una coz en la boca del malediciente niño. "Las maldades deben impartirse con disimulo y señorío", sentenció. Ilustrando el aserto, el balón empezó a rodar sobre una hierba seca y crecida…”

lunes, 18 de abril de 2011

El análisis de dos grandes

Di Stéfano y Cruyff, dos grandes de la historia del fútbol guardan relación con la burguesía nacional, y han hablado del clásico.

En España y en Inglaterra, el fútbol es todo. Horas de telediarios, análisis, reportajes, estadísticas (esas inútiles estadísticas), debates, discusiones, blogs e infinitas opiniones. En Inglaterra dicen que, como todo el mundo opina, Capello se enfrenta a cincuenta millones de seleccionadores, todos con su alineación. Aquí no es diferente, todo el mundo tiene que decir algo, verdad por delante. Y podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que la amplia mayoría, partiendo de que no tiene ni idea, sólo dice chorradas. Entre los periodistas la cosa no es distinta, basta ver que sólo un selecto grupo de este gremio se detiene a analizar las cosas desde un punto de vista neutral, y pocos muestran intereses en fronteras que traspasan la temática del clásico. Aunque todos coincidimos en que existen unas voces que, por experiencia, currículum y grandeza, sus opiniones valen su peso en oro y lo que dicen suelen dictar sentencia para aquellos incapaces de aproximarse a sus análisis.

Estos dos grandes son la viva imagen de los grandes rivales españoles. Cruyff es el Barcelona, el germen de una idea llena de triángulos y posesión que nos ha llevado al súmmum futbolístico. El otro, Alfredo Di Stéfano, es el Real Madrid, y tiene seis copas de Europa.

El resultado en el clásico, tras el miedoso planteamiento defensivo madridista, arengó la ilusión del aficionado blanco que se veía superado y aplastado sin remedio estos últimos años. El que no se consuela es porque no quiere, y el aficionado de bocadillo, pipas y corneta sopla con la excitación del que se ve capaz. Incapaz de analizar un partido aburrido. Todo se resume en la misma idea, el Madrid empató con uno menos, y Mourinho no miente, jugamos con diez medio partido.

Años luz de los análisis de estos genios, al margen de la polémica del entrenador (zanjada por si cabían dudas por Piqué) el partido nos deparó el mismo análisis por parte de ambos. Cruyff y Di Stéfano coinciden en que sólo hubo un equipo sobre el campo, sólo uno propuso jugar al fútbol y también, sólo uno, jugó como equipo pequeño. Ambos no ven mucho futuro a este planteamiento y, mientras Cruyff analiza como debería enfrentarse a este tipo de partidos, Alfredo desde la otra orilla ve las cosas del mismo modo y propone un cambio de estrategia.

Normalmente, el campeón siempre apoyaba las acciones del técnico, pero ahora cree que el sábado rebasó los límites. A don Alfredo no le gustó ver como su Madrid de las seis copas de Europa (ahora nueve) se entregaba al rival y disponía esos pobres planteamientos. La voz con más autoridad de la casa blanca debe tener cuidado. El aficionado de corneta y pancarta, de pandereta y banderita, se puede pasar, tal y como hace Mourinho, la historia del club y las seis copas de Europa de Alfredo por dónde todos imaginamos. Porque ahora, en la casa blanca, el fin justifica los medios, y eso es algo que el aficionado tiene muy claro.

Fin del Acto I

La credibilidad de Mourinho tras la eliminación del Barcelona en la Champions del año pasado blindó al técnico portugues del linchamiento público al que fueron sometidos Juande Ramos y Capello. Ambos tachados de conservadores, los dos tuvieron en sus respectivos clásicos más posesión que el rival y más tiros a puerta.

El día de la primera revancha tras el 5-0. Mourinho se aferró al planteamiento de equipo pequeño, asimilando además su papel victimista. El patatal propuesto en un campo que pretende ser un centro del fútbol mundial, donde la hierba se dejó crecer a propósito para dificultar la circulación del balón (menos fútbol), tampoco corrió en su contra. “El Barça ha jugado en campos peores”, “Mourinho es el mejor entrenador”, decían los merengues. El planteamiento táctico tampoco espoleó las esperanzas de ver un partido entretenido. El Barcelona cocinaba sus jugadas a fuego lento, con pausa, y se encontró con el planteamiento opuesto. EL contragolpe, de consumo rápido y comida basura, fast-food y las hamburguesas de a euro. El trivote, con tres jugadores de corte defensivo (incluido Pepe que es un reconvertido central), tampoco hizo mella en el aura del luso con respecto a su afición. Con el escenario trabado y las piezas dispuestas a no dejar jugar, el Barcelona se anotó otro récord de posesión. Un diez por ciento más que en el clásico de la manita. Demasiado para cualquier entrenador, no para el del Madrid.


El centro del partido fue, con permiso de Messi, Pepe. Redescubierto como pivote defensivo, sus cualidades y defectos se elevaron a la máxima potencia. Cortó y robo balones como casi tantas patadas repartió, lo que no le impidió ver siquiera una cartulina. La permisividad de Muñiz Fernandez alentó la rabia de un Pepe que se vio con licencia para repartir. Con todo, el Barcelona se pusó por delante. Albiol agarró por el cuello a Villa y Messi transformó el penalty. Con el rival en inferioridad de condiciones, el Barcelona no quiso matar el partido. El partido propuesto por los blancos, de balonazos al área y jugadas a balón parado (el único recurso de peligro del RM), generó, junto a la salida de Ozil, una serie de ocasiones que se remataron con el penalti inexistente sobre Marcelo, que lo celebró como un título.

Sin acomplejarse en su papel de equipo pequeño, el Madrid salió con la cara alta por el túnel de vestuarios, conscientes de que habían perdido la liga. Para los aficionados, el partido guarda un amargo regusto. No le gustó a nadie. Consecuencias del pobre planteamiento del técnico blanco. Pero en Chamartín las urgencias priman más que la historia, y el fin siempre justifica los medios. No importa ser el club más laureado de la historia, lo importante es ganarle al Barcelona. La cuestión es si, con este planteamiento, podrán plantarle cara a los culés (que parecían jugar a medio gas y estar con un ojo en el miércoles). La cosa parece complicada, en este juego suele triunfar la constancia frente a los chispazos, pero puede pasar de todo. Y parece que el guión no tiene pintar de cambiar. Esperemos que, como bién dice Mourinho, los árbitros se portan un poco mejor.

viernes, 15 de abril de 2011

Los Hunos de Britania

Ayer pasábamos por encima de una reflexión que puede determinar el futuro inmediato de un histórico, o no tanto, club. El Chelsea FC, la mala gestión del multimillonario ruso Roman Abramovich está haciendo caer con más fuerza con la que subió.


Atila, en sus primeros años de la Premier League, supo adaptarse perfectamente a la filosofía inglesa, donde se mueve como pez en el agua. Un equipo con base británica de jugadores notables acompañados por portentosos físicos africanos y unas bandas rapidísimas con Duff y Robben (algo parecido a lo que pretende hacer aquí, en Madriles). Los continuos duelos con el Barcelona de Ronaldinho, Eto’o, Xavi, Messi (sí, ya estaba) al que paraban con terribles entradas, marcaron la mayor rivalidad deportiva en la pasada década, donde si bien se repartieron mutuamente, los londinenses nunca alcanzaron la gloria. Pero el equipo de Atila no aguantó mucho.

La final de Champions con el eterno rival se les escapo en el último golpe. El karma ajustició a John Ferry, capitán con pinta de hooligan que lo mismo reparte estopa a diestro y siniestro tanto en el campo como fuera de él (que le pregunten a Bridge o al periodista que comprobó el tonelaje de su Range Rover con el pie), y el penalti se fue a las nubes. Dos años después el Barcelona (otra vez) y el Inter de Atila, le echaron a patadas de la competición.

Cada año un poco más viejos, y con un poco menos de ilusiones, Abramovich se empeña en mantener arriba a un club que que históricamente no se acomodó a esa posición. Una serie de catastróficos fichajes han devaluado deportivamente el club, y Drogba no puede tirar sólo del carro.

Pero las buenas intenciones del ruso se contraponen con la malas decisiones. La única noticia positiva para los del barrio del suroeste de Londres en los últimos años ha sido la recuperación deportiva de Anelka, que lse ha echado al equipo a los hombros durante toda la competición continental, hasta que el entrenador (un propagandista del catennaccio que no sabe como jugar en las islas) decidió que lo mejor era satisfacer el ego del que pone la “guita” alineando al fichaje estrella de estas navidades. Fernando Torres, un jugador que está más pendiente del horario de la peluquería de señoras que de la portería contraria.

En Liverpool quemaron camisetas con su marcha, pero quizás deberían haberle puesto una estatua al ruso. El de Fuenlabrada llevaba dos años penosos, lo que no impidio facturar su fichaje en 50 millones de libras esterlina, un lastre demasiado mayor para “el Niño”. En cuatro meses no ha metido un solo gol, y en Inglaterra ya lo señalan como el culpable de la eliminación de Champions y lo catalogan de farsante.


Paradójicamente, a “King Carlo”  le va a costar el puesto esta última decisión. Ingenuamente sentó a Drogba en el banco para alinear al madrileño, que fracasó por enésima vez. No olvidemos que al retractarse en la segunda parte Drogba marcó el único gol de los blues en la eliminatoria.

Abramovich, que de fútbol sabe bién poco. Pretende armar un nuevo y rejuvenecido Chelsea alrededor de la figura de Torres, lo que no extraña después de los rumores del fichaje del mayor fiasco del futbol mundial: Kaká. Mucho tienen que cambiar las cosas para que Fernando sea el jugador que se le pretende. Porque en España, que ganamos el mundial a pesar de su titularidad (más por pena que por confianza) hasta que del Bosque descubrió que Pedro existía, nos hemos dado cuenta de que “El Niño” no se ha hecho mayor. En Inglaterra se empiezan a dar cuenta de la estafa y todos los periódicos se mofan de él. Pero para desgracia de los seguidores Blues, que ya piensan en canjear los abonos de Stamford Bridge por los del Museo de Historia Natural, Abramovich no se entera.
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