lunes, 18 de abril de 2011

El análisis de dos grandes

Di Stéfano y Cruyff, dos grandes de la historia del fútbol guardan relación con la burguesía nacional, y han hablado del clásico.

En España y en Inglaterra, el fútbol es todo. Horas de telediarios, análisis, reportajes, estadísticas (esas inútiles estadísticas), debates, discusiones, blogs e infinitas opiniones. En Inglaterra dicen que, como todo el mundo opina, Capello se enfrenta a cincuenta millones de seleccionadores, todos con su alineación. Aquí no es diferente, todo el mundo tiene que decir algo, verdad por delante. Y podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que la amplia mayoría, partiendo de que no tiene ni idea, sólo dice chorradas. Entre los periodistas la cosa no es distinta, basta ver que sólo un selecto grupo de este gremio se detiene a analizar las cosas desde un punto de vista neutral, y pocos muestran intereses en fronteras que traspasan la temática del clásico. Aunque todos coincidimos en que existen unas voces que, por experiencia, currículum y grandeza, sus opiniones valen su peso en oro y lo que dicen suelen dictar sentencia para aquellos incapaces de aproximarse a sus análisis.

Estos dos grandes son la viva imagen de los grandes rivales españoles. Cruyff es el Barcelona, el germen de una idea llena de triángulos y posesión que nos ha llevado al súmmum futbolístico. El otro, Alfredo Di Stéfano, es el Real Madrid, y tiene seis copas de Europa.

El resultado en el clásico, tras el miedoso planteamiento defensivo madridista, arengó la ilusión del aficionado blanco que se veía superado y aplastado sin remedio estos últimos años. El que no se consuela es porque no quiere, y el aficionado de bocadillo, pipas y corneta sopla con la excitación del que se ve capaz. Incapaz de analizar un partido aburrido. Todo se resume en la misma idea, el Madrid empató con uno menos, y Mourinho no miente, jugamos con diez medio partido.

Años luz de los análisis de estos genios, al margen de la polémica del entrenador (zanjada por si cabían dudas por Piqué) el partido nos deparó el mismo análisis por parte de ambos. Cruyff y Di Stéfano coinciden en que sólo hubo un equipo sobre el campo, sólo uno propuso jugar al fútbol y también, sólo uno, jugó como equipo pequeño. Ambos no ven mucho futuro a este planteamiento y, mientras Cruyff analiza como debería enfrentarse a este tipo de partidos, Alfredo desde la otra orilla ve las cosas del mismo modo y propone un cambio de estrategia.

Normalmente, el campeón siempre apoyaba las acciones del técnico, pero ahora cree que el sábado rebasó los límites. A don Alfredo no le gustó ver como su Madrid de las seis copas de Europa (ahora nueve) se entregaba al rival y disponía esos pobres planteamientos. La voz con más autoridad de la casa blanca debe tener cuidado. El aficionado de corneta y pancarta, de pandereta y banderita, se puede pasar, tal y como hace Mourinho, la historia del club y las seis copas de Europa de Alfredo por dónde todos imaginamos. Porque ahora, en la casa blanca, el fin justifica los medios, y eso es algo que el aficionado tiene muy claro.

1 comentario:

  1. Gracias, trastero por dejar claras las cosas.

    Estoy de acuerdo con usted en que las opiniones de la mayoría de opinantes carecen de rigor y peso. No así las opiniones ponderadas de Cruyff y Di Stéfano, que al igual que la suya sentencian lo que de verdad pasó en el campo.

    Aunque nos duela a los madridistas, sólo hubo un equipo en el cesped: El Barcelona.

    Cierto que el Madrid apelo a la garra (ese sentido de lo heroico que es patrimonio histórico del Club blanco) para empatar un partido muy cuesta arriba. Pero, ese valor (que lo es) me parece insuficiente ante la grandiosa propuesta de los balugranas.

    Un madridista

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