jueves, 29 de enero de 2015

Da Silva hecho hombre


Atlético 2-3 Barcelona. Copa del rey, vuelta de cuartos de final. 
Acabó la temporada con un gol mal anulado a Messi y el Estadi aplaudiendo al campeón. Un equipo -que no pudo el curso pasado en siete partidos con los de Simeone- cuyos partidos que pierden son remansos de paz. Larga diferencia con sus coetáneos mesetarios que abandonan torneos a base de patadas, insultos y lloros varios. Del desquicio madridista la pasada semana al yihadismo atlético empeñado en capturar tobillos culés cual trofeos de caza. El juego del Barcelona discurrió por los cauces habituales. Nace –hay cosas que nunca cambian- en un imponente portero, cuenta con una sólida defensa y aunque presenta un centro del campo desgobernado desde la pizarra, Messi siempre toma el control y hace de enlace con los genios de arriba. De los pies del argentino salieron las dos jugadas de los mejores goles de la noche. Con el marcador a favor, da Silva dijo esta boca es mía y repartió carnets del Frente Atlético a diestro y siniestro. Cada regate del brasileño es un “hay que erradicar la violencia de los estadios pero muérete mono de mierda”. El capitán de la brasileña no es el segundo mejor jugador del momento por nada. Retrató una y otra vez a quienes intentaban, o lograban, cazarlo. Neymar aprende pronto, como ya hacía su maestro, a ser decisivo en los partidos grandes (y eso es algo que otros no pueden decir). En la segunda parte, el Barcelona gobernó a través de ellos una eliminatoria ya resuelta y lograron llegar vivos a la medianoche y a las tres competiciones.

Mal asunto el que los despachos no se les den tan bién al club. El esperpento arbitral permitió una extrema –y frecuente- violencia atlética de la que no escapó casi ningún culé. El Barcelona pinta poco ante los árbitros y menos últimamente, donde el Madrid se está haciendo amo y señor off the pitch. Tiempos donde se ganan premios por campañas mediáticas y se controlan sanciones a la carta (incluso a reincidentes). Los mass media, inclusive, intentan dar la vuelta a la tortilla presentando, en la semana de la expurgación de Mohamed penaldo Alí, a Neymar como un provocador y al Atletico como el gran perjuficado tras perder un penalti en un partido donde al Barcelona se le anuló un gol por fuera de juego inexistente y se le pitó otro penal en contra que no fue. Pero grato oír y leer exabruptos como "el partido fue muy duro" y "hubo entradas muy fuertes" como evadiendo la unidireccionalidad". Significa que hemos vuelto. Lástima que, por el contrario, no hayan dado eco al único momento de lucidez colchonero de la noche. Simeone dijo algo que todos sabemos pero que algunos no gustan de escuchar: que Messi era mejor que los tres de arriba del Madrid juntos. Obviedades aparte, suerte que, pese a todos los trucos y tretas de esta directiva, invitaciones exprés a los abuelos y el WIFI gratis en el campo, a la peor junta de la historia del Barcelona le queden tres telediarios y pueda volver el club a ser respetado fuera del campo. Porque dentro ya todos le tienen miedo. 


PD Alguien debería decirle a Juanfran que no se debe vacilar a alguien que no jugó cuando a su equipo le metieron siete si a ti te metieron 5 antes.

XI: Ter Stegen, Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Rakitic, Busquets, Iniesta; Messi, Neymar, Suárez.
Goles: Neymar, Busquets, Neymar.

sábado, 17 de enero de 2015

Marketing bueno, marketing malo, jugadores buenos, jugadores malos


Acabó la semana con una clase maestra digna de las mejores universidades del mundo. El gol del mejor jugador que verá el planeta y la sentencia definitiva a la que fue su bestia negra el curso pasado derivó en la foto del momento. Neymar Santos, anteriormente conocido como Fracasinho, propició la estampa de la mejor tripleta del mundo en un gesto aparentemente espontáneo. A mitad de semana, tristiano recibió su flamante balón de playa tras un gran esfuerzo empresarial  y regaló al mundo un grito simiesco para guardar en el baúl de las vergüenzas. Días después, fracasaría por enésima vez ante el juego cándido y sincero de los de Simeone. La jugada donde Penaldo le ofreció el balón a un Isco rodeado de tres rivales para quitarse de en medio sin ofrecer un simple apoyo habló más de su juego y escaso dominio de los partidos que cualquier penalty, y hay para elegir. Un malagueño, al que no le faltó ni llamar a su perro con el nombre del verdadero número uno, desquiciado y aplaudido por un campo lleno de REUBICADOS ultras que tampoco tienen vergüenza. Que es lo que pasa cuando se agradecen las impertinencias y las bobadas. El repasito táctico al que someten los de la ribera del Manzanares es un deleite para los que sabemos que aquellos otros sinvergüenzas nos volverían a pasar por encima tras dejar un equipo a cuadros y romper la herencia de un Laporta al que sus incapaces sucesores atacan días después de aludir al Fair play electoral. La semana acabará con una jornada de liga más que insulsa donde poco importará lo que pase tras el verdadero interés semanal: una Copa cuyo prestigio varía según cambien las opciones de triunfo de un Madrid ahora eliminado en octavos. Y es que es difícil que nos riamos más que con los dos goles de Torres y las posteriores declaraciones de las víctimas aludiendo al repentino poco interés de esa competición. 


Google Analytics Alternative