La polémica suscitada tras el penúltimo carrusel de clásicos sitúa a los dos técnicos en el punto de mira de las críticas que surgen de todas las direcciones posibles.
Tras el varapalo de la Champions , el técnico del Madrid se desahogó a fondo contra su demonio particular (FCB) con medias verdades, falsas y graves acusaciones y falsas promesas tardías en temas tácticos. Por su parte, Pep volvió a su tónica habitual, no sabía nada y no tenía nada que decirle a José, puesto que ya le regaló su Champions en la rueda de prensa. El puto amo ahora era él.
José, impotente ante un Barcelona superior contra once y, más aún, contra diez, no buscó más culpables y responsables de su catástrofe particular que las altas estancias, las conspiraciones y las manipulaciones funcionariales. Quizás traicionado por su ego, no olvidemos que, tras una emotiva presentación de power point del portugués ante la directiva culé, el club prefirió a Guardiola (entrenador de casa pero sin experiencia en la máxima categoría) que a él (entrenador de renombre mundial). Sea como fuere, Mourinho se olvidaba rápidamente del pretérito perfecto. Apuntaba contra árbitros que en un pasado supuestamente beneficiaron al Barcelona pero no mencionó nada de otros colegiados que actuaron cuando la moneda cayó del lado del portugués. El entrenador se autoexculpó a él y a sus jugadores y se quedó tan ancho. El madridismo (estadísticamente) está con Mourinho, pero no sabemos si es una campaña de manipulación o si es verídico. Reflexionando, es evidente que la temporada blanca ha resultado ser la mejor de los últimos ocho años, si bien es cierto que la inversión económica ha sido bestial y ha crecido exponencialmente, sobre todo desde la llegada de Hans a la presidencia. Sin embargo, la crispación ha alcanzado cotas “top” en este club. Las relaciones con las instituciones y otros clubes se han deteriorado de forma sin precedentes y los jugadores, tras éste último partido, parecen haber retirado el apoyo a su entrenador.
En el Barcelona, luchando contra viento y marea frente al poder de los medios de comunicación nacionales (la prensa internacional alaba los éxitos y triunfos del club mientras que aquí se ponen una y otra vez en duda), Guardiola mantiene un discurso que, por excesivamente educado y respuetuoso, los medios y el club rival lo califican de pedante y falsa modestia.
El entrenador ha mantenido su discurso durante todo su ciclo en el club. Ha mantenido la concentración de unos jugadores acostumbrados al éxito frente a rivales infinitamente menores ensalzando sus virtudes cuando muchos veían una clara superioridad y no se le ha visto ninguna salida de tono en este periodo. En la prensa blanca, lo critican por haberse lamentado de que el linier tuviese tanto acierto para ver un escaso pero justo fuera de juego, tergiversando sus palabras y transformando una observación en una queja. Como si criticase la decisión del linier en vez de lamentarse porque éste tuviese tanta vista o Pedro arrancase dos metros adelantado, que no es lo mismo.
Cada uno se formará sus propias opiniones y apoyará a quién quiera o con el que sea más afín. La realidad es que el Real Madrid ha perdido una liga dejándose puntos contra rivales que pelean por mantener la categoría mientras que el Barcelona, tirando de prudencia o de falsa humildad –cada cual lo ve como quiere- va a ganar su tercera consecutiva y esta camino de llevarse la segunda Champions en tres años.Bendita falsa modestia.
Pero ahora parece que lo que importa es ver que video de la entrada de Pepe está manipulado, que tiene tela.
Recomiento encarecidamente leer la entrada del blog de Trouroblaugrana http://trouroblaugrana.blogspot.com/2011/04/estamos-todos-locos.html para hacer un objetivo repaso de esta casa de locos que está siendo el carrusel de clásicos.