No
encontrarán en ningún medio del Grupo Godó ninguna referencia al ninguneo y
burla hacia Messi que perpetró anoche en una tertulia radiofónica catalana el
presidente del periódico La Vanguardia, medio del propio holding. En una
ocasión inmejorable para alabar al argentino tras la exhibición en el clásico,
el señor Carol prefirió referirse a Messi como un tío que debía de estar
agradecido al Barcelona por pagarle un tratamiento hormonal que le permite hoy
día sujetarse a la barra del autobús y medir más de metro cuarenta. Este
ninguneo, nada casual, podría parecer a simple vista un desliz aislado de no
ser porque no es la primera vez. En diciembre, en otra tertulia, el por
entonces responsable del área económica del club, Javier Faus, se refirió a Leo
como “este señor”, reprochando la necesidad de renovarle el contrato cada seis
meses. Messi respondió desde argentina, tras lo que el señor Faus reculó
y el nuevo presidente no electo, en un claro mensaje a la familia Messi, le premió con la vicepresidencia más importante
del ejecutivo. Un presidente al que no se le esperaba que actuase, no ya con la
rapidez con la que exigió públicamente a una marca de equipos de sonido la
retirada del anuncio de Fábregas porque “dañaba” la imagen del Madrid (más
importante para ellos, directivos del FCB, que la del mejor jugador de la
historia, y además en nómina) sino que como era de esperar ha dejado la pelota
de la renovación en el tejado de la familia del argentino con el “hasta que él
quiera” –que suponemos significa que aguante las presiones que le llegan desde
su propia casa-. No querría importunar a quién, tras ofrecer protección a Laporta y que este se la negase, apoya con todo a la la actual junta ninguneando constantemente tanto a Laporta, Guardiola y Cruyff. Actuaciones que no obedecen más que a un plan de financiación
del nuevo espacio deportivo, o la total reforma presupuestada sin detallar de
600M del Estadi y alrededores. Reforma que deberán abarcar tras denunciar una
deuda heredada de la anterior junta que, según ellos, no les dejó dinero ni
para tonners de color. Sin detallar tampoco los planes de financiación del
nuevo estadio, mentir en las cifras del fichaje de Neymar y colocándole en la
cima de la pirámide salarial del club sin apenas merítos; la triste campaña del brasileño y su injustificado sueldo no aminala a unos directivos que pretenden dar puerta
al argentino para embolsarse un buen emolumento y convertir al brasileño en el
símbolo de su lamentable regencia. Que tras pagar 111M y subiendo y no reclamar nada de los derechos de imagen del brasileño al club el Barcelona esté peleando la
renovación del argentino por un porcentaje de los suyos sonroja al culé mínimamente
crítico y nos recuerda anteriores tropelías de la junta. Aun fresca la mentira
largada por el actual presidente cuando prometió la renovación del jugador que
levantó la última Copa de Europa tras superar un cáncer, no quiero ni pensar lo
que pueden hacer con Messi los mismos que dieron la patada a Abidal y lo
largaron con viento fresco con total impunidad.
Viva la
libertad de prensa y el periodismo libre