Inglaterra es un país con un clima triste de cojones. Pero la alegría del país, que es la Premier League , hace que enrarecidamente en casi todos los partidos luzca una solana digna de la primavera malagueña. No fue así esta tarde donde encapotado y gris, como el juego de su equipo, veían el estadio los seguidores reds.
Un presagio para los diablos rojos. Los de Ferguson empezaron el partido como sus vecinos los citizens. La Premier es una liga donde los complejos de inferioridad (ya sea económica por parte de unos y tradicional por parte de otros) no empujan a los equipos a atrincherarse en el área como los jugones que campan por nuestras ligas con orgullos regionalistas en las camisetas y los clásicos mourinhizados en semifinales de Champions League, aquí se traduce en una menor intensidad del intercambio de ataques. Así empezó el duelo, con un tímido acercamiento por parte de ambos y nadie dispuesto a dar un paso al frente. Mucho respeto.
Respeto que se pasó Balotelli por donde se suele pasar él las cosas cuando al primer toque y rozando el poste superó por raso al guardameta español. “Why always me ?”, rezaba su camiseta. Pues no lo sabemos… la verdad, pero cierto es. El mismo que se dedicó la víspera del partido a quemar su casa en el Gran Manchester -porque ahora vive a las afueras para estar tranquilo- jugando con sus amigos a los petardos en el baño fue el protagonista de la primera parte. Al ritmo del cántico dedicado al negro punky: “ooh balotelli he's a striker, he's fucking class, sets fire to his gaff throwin rockets from his bath, he doesnt give a fuck, he just does it for a laugh! Ooooh balotelli!...”, acabó la primera parte.
Nada más comenzar la segunda, a Jonny Evans, el carnicero del United decidido a emular a su compatriota Roy Keane (ya puestos podría fijarse más en George Best, que también es oriundo de Belfast), le pareció que el partido debía tener un protagonista red, y lo consiguió. A los 73 segundos agarró al díscolo Balotelli al borde del área siendo el último jugador y el árbitro no dudo en mandarlo a la ducha. Poco después el propio Balotelli anotaría el segundo tanto, todo un mazazo para los de Sir Alex Ferguson. El tercer gol, una obra maestra al primer toque obra de Silva y Milner, la culminó Agüero cazando el balón en el área pequeña. Demasiado fácil para los citizens. Con Rooney superado –en el fútbol moderno un solo jugador no puede llevar un equipo entero, que le pregunten a Messi en Argentina o a Silva el año pasado- Fletcher dibujo una parábola perfecta reventando la escuadra celeste en el tanto del honor para los anfitriones. En el descuento, con el United hundido, Dzeko (2) y silva castigaron al United como nunca en la Premier reciente habíamos visto nadie.
1-6 en Old Trafford, tras tropecientos partidos imbatidos en casa, el United se llevó una humillación tremenda de sus vecinos los nuevos ricos. Siendo más equipo que un City que demuestra en la Copa de Europa no tener tanto fútbol como luce en la liga inglesa, ni los delanteros ni Evans supieron estar a la altura de un derby que pasará a la historia. Sir Alex se fue rápido al vestuario. Mancini, con una sonrisa más ancha que todo el fondo sur de Old Trafford, tardó un poco más en marcharse a los vestuarios con sus pupilos, llevando en los hombros unas camisetas de un color totalmente distinto al del cielo de Manchester.
PD1. Ni la humillante derrota incitó a los rojos a romper el juego limpio y caer en las tretas y fingimientos treatrales de la Liga española. Un equipo a la altura de su liga y sus comportamientos. Codigos que no encontramos en el sur de europa.
PD. Silva