jueves, 31 de diciembre de 2015

2015: el momento

Sólo a veces, y cada cierto tiempo, surge una leyenda. En el deporte más impreciso y popular del planeta, aparecieron con cuentagotas personajes que infundieron realmente miedo. Desmedidamente anacrónicos, se habrían permitido triunfar en cualquier época porque su talento no conoce límites. En el fútbol moderno, siempre al parecer del que subscribe, estos jugadores se cuentan con los dedos de una mano. Existieron también futbolistas maravillosos, merecedores de su lugar en el olimpo de este deporte, pero que nunca pertenecieron a esta élite. Como dijo E.J. Rodriguez de George Best: “…jugadores que no hubieran encajado en la escuela del Ajax o la Masía, porque su talento silvestre sólo les permitía hacer rondos consigo mismos”. Definamos, para aclararnos, de qué clase de jugadores estamos hablando. Muy fácil. De los que, cogiendo el balón en cualquier punto del campo, todo el mundo tiene la sensación de que la jugada puede acabar en gol. Encuadrémolos pues. Primero, Diego Armando, en el gol de todos los tiempos, donde con un tobillo ya quebrado, marcó el gol definitivo. Segundo, Ronaldo Nazario, con su inolvidable gol una cálida noche de septiembre bajo la atenta mirada del apóstol Santiago. En tercer lugar, Henry y su Copa de Europa, incluyendo su impresionante final perdida contra el Barcelona. Tras él, la sonrisa eterna de Ronaldinho, con su carta de presentación en el Estadi mientras los niños dormían. Y por último, Messi. En el que no fue su gol más importante (pese a que abrió la lata en una final), ni el partido ante el rival más lustroso. Pero la espontaneidad del momento no imposibilitó que, en el momento en que Dios en la Tierra agarró el balón, más de uno estuviese ya cantando gol. Puede que alguno llorase incluso, sucumbiendo a tal descarga de sensaciones, como una trastornada Sharon Stone delante del Egon Schiele, no podemos saberlo. Pero sí que nunca estaremos lo suficientemente agradecidos, y puede que no se valore lo suficiente, la cantidad de cosas que viene haciendo el marciano por nosotros. Y sobretodo, lo que está claro es que el momento deportivo más emocionante del año nos lo volvió a regalar él. 

domingo, 20 de diciembre de 2015

Campeones del mundo

River 0-3 Barcelona. Mundial de Clubes, final.  


El Barcelona lo maduró a River durante los 35 minutos que aguantó el planteamiento de Gallardo. El mejor que hay, hubo y habrá abrió la lata en otra final con otro gesto técnico irrepetible para la historia y ahí se acabó el milagro de los de Núñez. Si el partido ante el Santos de PH Ganso y un Fracasinho en ciernes marcó la última revolución táctica con el 3-7-0 de Guardiola, la segunda parte de los de Lucho ratificó el dominio de “La Década” prodigiosa. Lo mejor que vimos, y posiblemente veremos, en un campo de fútbol.

La sobreexcitación de un extramotivado River no compensó las bajas que sufrió tras levantar la Libertadores. Mucho pesaron las salidas de Pedófilo, Funes Mori e, incluso, la de Cavenaghi. Si bien hay que reconocerle al muñeco, aficionado a los libros de historia y las tácticas militares, el planteamiento de un equipo con mucha ilusión y algunas pocas fisuras. Pero ante el mejor equipo de la historia poco pueden hacer todas las lecturas de Sun-Tzu. La mejor delantera que vimos pareció no padecer los problemas físicos que arrastraba y Casper levantó la Copa tal y como estaba planeado.

Es un torneo extraño este Mundial de Clubes. La antigua Intercontinental contaba con la magia de una final a partido único y en los tiempos que corrían los equipos sudamericanos parecían más potentes que los actuales. La democratización del fútbol acogió en su nuevo formato a los campeones de los cinco continentes, lo que desvirtuó sensiblemente el parecer de los aficionados. Pero no nos engañemos, siempre es un lujo ver estos partidos y, mismamente hace tres años, el Corinthians de Paolo bailó a un Chelsea (sí, de Gordítez) que pudo con los mejores de aquí. River fue un gran contendiente y dignificó una final que, en el fondo, siempre supo que las bajas le hacía jugar con las cartas marcadas.

La década 2005-2015 cierra con el Barcelona como el equipo con más títulos de la historia, la comparativa con cualquier otro club se antoja sonrojantemente ridícula y sólo queda ver cómo vamos a seguir creciendo. El equipo presenta un Messi en su madurez futbolística, a Fracasinho dispuesto a coger el cetro en unos años y el mejor delantero de la década como punta de lanza de un arma mortal. A esto hay que sumarle unos escuderos que cierran filas en torno a un equipo de época, donde los que a priori aquí brillan menos resultan los mejores en su puesto (Piqué, Alves, Busquets, Iniesta…). Encontró el Barcelona su piedra filosofal con Dios en la Tierra y lo equilibró con un ideal futbolístico que venía trabajando desde que Johan sorprendió a todos. El resultado no pudo ser mejor. El "Barcelona de Messi". Campeones del mundo. Los mejores de la historia.

XI: Bravo, Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Busi, Rakitic, Iniesta; Messi, Neymar, Luisito.
Goles: Messi, Luisito, Luisito.



domingo, 13 de septiembre de 2015

Dios en la Tierra


Atlético 1-2 Barcelona. Liga, jornada 3

Comenzó el partido con el ambiente enrarecido. Dios en la Tierra, recientemente padre por segunda vez, no encontraba acomodo en los gélidos banquillos del Calderón, cuna de algunos asesinos y muchos haters de Da Silva. Con esto, el Barcelona templó a un descafeinado Atlético a lomos de un tierno Fracasinho y un Iniesta que nunca se cansó de bailar con los rivales. El perro Suárez, mohíno y cariacontecido, estampó una facilidad en el travesaño para disgusto de Luis Enrique, que no terminaba de ver las piezas encajarse del todo. Vermineitor cayó lesionado y nos entristecimos porque es nuestro hombre. Amén de que Ma Ma Ma Maaascherano no parece estar para muchos trotes después del disgusto de la Copa América. Y esto fue lo más remarcable de una anodina primera mitad. Tras el descanso, el Barcelona entró al campo más perdido que Sherman McCoy callejeando descapotado por las avenidas del South Bronx y el paquete de Torres le pusó unas buenas banderillas a un Ter Stanton que no vive su mejor momento. Pero Da Silva, que crece como futbolista –si es que no está crecido ya- a base de castigar a un Atlético que encuentra en el 10 de la canarinha a su némesis, decidió que el portero, por muy largo que fuese, no iba a llegar al ángulo donde sólo la ponen los mejores. Tras esto llegó el momento en el que Luis Enrique decidió hacer lo que mejor sabe hacer, que es decirle a Dios en la Tierra que haga lo que crea conveniente. A los Atléticos les entró el cagazo y todos disfrutamos de una exhibición con la que satisfacer nuestros refinados gustos futbolísticos. Dios en la Tierra se movió por donde quiso, dijo esta boca es mía y se convirtió en el amo y señor de la noche. Pintó a los colchoneros como niños y se guardó la pelota como si fuera un regalo para su hijo. Ni una vez se la sacaron. En estas, la única pared medio decente que le devolvió el perro acabó con una deliciosa picadita con el exterior que el Diè envió al fondo de las mallas para poder dedicarle el gesto a su bebé. Acabó el partido con la resignación local y todos nos fuimos a casa felices y con la sensación de que podremos tener problemas de todos los colores que poco importarán mientras este marciano siga estando con nosotros.

XI: Ter Stanton; Sergi Roberto Lateral, Mascherano, Vermineitor (Matthie), Alba; Busi, Rakitico (D10S), Casper; el Alcántara regulero, Perro, Da Silva hecho hombre.
Goles: Da Silva, D10S
Puntajes: Ter Stanton 4; Sergi Roberto 10, Mascherano 3, Vermineitor 8, Alba 4; Busi 10, Rakitico 6, Casper 7; Alcántara regulero 8, Perro 4, Da Silva 8, Dios en la Tierra 1000000 

jueves, 10 de septiembre de 2015

Dales, Pokerstars


Existen personas que no quieren mezclar fútbol y política pero ni quieren oír hablar del hecho de cambiarle el nombre a una competición nacional y están también quienes aducen que los deportistas tengan opinión personal siempre y cuando no contradiga la suya propia. A estos cuñaos de manual no les molestó nunca que el paquete de Fábregas pasease una señera tras ganar una Supercopa en la que, como acostumbran, en otro alarde de deportividad no se quedó el Madrid a ver como la levantó el eterno rival. Con Piqué, sabido su apoyo a la consulta soberanista pero sin que él mismo aclarase su posición ideológica respecto a la misma, tampoco nadie se molestó hasta que se burló con gracia y sorna del Madrid. Ah, amigo. Para más inri, el jugador ,que siempre lo dio todo por la selección, ha de ver su imagen maltratada tanto por medios afines al equipo que no lo puede ni ver como por compañeros de selección militantes –o ex militantes- del mencionado equipo que para colmo rozan el retraso mental. Jugadores por cierto que tomaron el club como cortijo propio y a los que sólo les faltó orinarse literalmente en un escudo maltratado por ellos y sus entornos más cercanos. Pero al aficionado random parece no importarle tanto las tropelías que perpetró el portero más amargo de la historia del fútbol español ni el chantaje épico al que Canelita sometió al club durante todo un verano para ganarse una renovación mayúscula tras uno de sus peores años como jugador –y no han sido pocos-. Y es que bien harían los madridistas en rasgarse las vestiduras y no tomar como propia una selección donde siempre predomina la clase barcelonista. Ya saben ellos sobre qué jugadores y estilo de juego se cimentó el equipo que levantó el único mundial que disfrutaron. Dicho esto, no sería de extrañar que el que ha vuelto a ser el mejor central del mundo se plantee si merece la pena soportar estas necedades y quedarse en un combinado con poco presente y parece que menos futuro donde recibe cobardes críticas tanto de prensa como de compañeros una vez acabadas las concentraciones, o centrarse en el club de su vida. Como poco, no les vendría mal una corrección educada que les ponga en su sitio del compañero que, por muchas bromas que haga, tiene más cabeza y sentido común que ellos dos juntos -lo que tampoco es que sea meritorio-. Pero por lo pronto, no parece probable que el aficionado medio sepa discernir entre lo que es la Selección y el Real Madrid, cosa que no es de extrañar viendo los resultados que últimamente cosechan ambos.

PD Siempre es catártico delegar responsabilidades y buscar excusas nimias, pero correr un tupido velo sobre el partido de la selección en el Bernabéu y dejar que los medios justifiquen el cambio de sede con el tema Piqué engañará a pocos. No pasa nada por asumir que la selección pierde caché a borbotones y no llena tres cuartos de entrada ni en campos de tercera categoría. 

miércoles, 5 de agosto de 2015

Volvió River, amigos

River entra al campo en la final de Libertadores 1996

Aquel fatídico día que se convirtieron en RiBer para siempre, los que no embalsaron al Atlántico bajando el Rio de la Plata empezaron a contar los días que faltaban para ir a Japón. Purgativo ejercicio para soportar las cuitas y mufas -“Te fuiste a la B por puto y cagón”- que tendrían que aguantar toda la vida. Tras el cagazo contra Belgrano, el incomprensible campeonato argentino se alejó más si cabe del foco que ya había perdido. Aunque al año siguiente los grondonitas de la AFA volvieron a inscribirle en la primera nacional, el daño a River estaba hecho para siempre. Pero el país del insulto y la descalificación lo necesitaba más que nunca, y los Millonarios respondieron con fuerza.

La fulgurante aparición del Huracán de Cappa y Pastore poco más sirvió que para evidenciar las corruptelas de una Federación que entendió el Superclásico como su mejor escaparate. En el primer RiBer-Boca de la historia, los barras del gallinero dejaron claro que no se les iba a aflojar el orto y tras semanas laburando flotaron delante de la tribuna visitante el cerdo volador más grande la historia, -vestido con la camiseta de Boca, claro-. Luego empezaron a pasar diferentes cosas en los barrios como la lucha por el control de la 12 en Palermo, pero mientras Boca se preocupaba de nimiedades tales como a qué lider le daban por el orto entre rejas, en Nuñez River empezó su redención. Para ello no dudaron en traer al entrenador más polémico y exitoso de su historia. El descaro y la provocación de Ramón Diáz -mítica la de la camiseta- calentaron con sarna a unos bosteros que ni se enteraron que River salió campeón. La vuelta de exjugadores como Ponzio y Cavenaghi, sumado al carisma de una estrella como Pedófilo Gutiérrez conectó con un público que seguía queriendo hacer cosas grandes.

Objetivo Japón, River se planteó la Libertadores 2015 como el final del camino. Huelga decir que el ecosistema del fútbol sudamericano dificulta sobremanera la planificación de los planteles tanto por el escaparate europeo, donde las figuras no esperan a madurar para cruzar el charco; como por calendario de la Libertadores, que para un mes antes de semifinales a jugar mundiales o copas América. En cuartos, el último Superclásico vivió la penúltima situación surrealista de este fútbol.

Tras el numerito del dron, El lanzamiento de gas pimienta por el túnel de vestuarios a la salida de River no solo contó historias para aburrir, hizo famoso al Panadero y sacó a Boca de la Copa -los escritorios, según ellos-, sino que le dio a River un eslogan para recordarles toda la vida. Si unos siempre cantaron el “te fuiste a la B...”, los gallinas tendrán en “TIRASTE GAS” su canción preferida. Tras destrozar a Cruzeiro, el periplo argentino en la Copa América, huérfana de jugadores millonarios, permitió a River armarse tras las salidas de Teo y Aimar –que volvió y se fue con la misma presteza- con las incorporaciones de Lucho Gonzalez y Saviola; fichajes más para satisfacer a la grada que al Muñeco Gallardo. Y, tras destrozar a Guaraní en semis, River llegó a la final.

Hoy noche, la lesión de Rodrigo Mora deja a River sin un delantero de garantías para la vuelta de la finalísima. Pero poco importa, esto. En Sudamerica tienen claro que los partidos se ganan con el cuore y, sobre todo, con la gente. Y viendo el recibimiento que la Bombonera hizo a Carlitos Pueblo, miedo da pensar en cómo puede estar el Gallinero la noche en que River volvió para quedarse.

P.D. La clasificación de Tigre a la final le dio al Millo el pasaje directo al mundial de clubes. En una cultura que siempre quiso estar por encima del otro, los equipos argentinos siempre creyeron en este campeonato ante la prepotencia futbolística europea como su cita más importante. No es para menos, vista la locura que se vivió cuando Riquelme le armó aquel quilombo a los que siempre acaban haciendo el tonto.

viernes, 5 de junio de 2015

Va por ti, rata

Empezó con un momento extraño, casi mágico. Una de mis pocas cualidades es calibrar el estado de forma de mi equipo y, pese a que veníamos de una época de lágrimas y penurias, en aquella noche, en ese gesto, intuí un imperio. En su momento, claro está, no se le dio el eco que mereció semejante exhibición como sí se la dieron a posteriores payasadas. Y aunque este preámbulo solo sirva a priori para enmarcar temporalmente los hechos, resulta paradójico su futura trascendencia. Para las propias ratas, claro.

El día que las descubrí habían pasado unos pocos meses de lo acontecido. Mi padre y mi abuelo, que sabían que yo culée desde siempre pese a sus respectivos pesares, me llevaron a la Rosaleda A VER AL BARCELONA de Ronaldinho. Ya me habían llevado a la ida de un partido histórico en el Calderón donde, para mi desgracia, faltó mi ídolo Ronaldo por motivos que ahora desconozco. No sé qué extraño duende me perseguía por entonces pero, aquella noche, Ronaldinho tampoco pisó Málaga. Mal comienzo. El caso es que la Rosaleda no empezó siendo una fiesta. Incluso había muchas camisetas del amigo Ronaldinho. Durante el preámbulo el ambiente se llenó de poco optimistas frases como “yo soy de los dos equipos, o sea que hoy no pierdo” o, “si gana el Málaga perfecto, pero como sea el barza no me voy triste tampoco”. Yo no entendía a aquellas gentes. En mi cabeza, que siempre desfrutó de una niñez con Canal Plus, revistas y fútbol internacional, cabían todas las simpatías para los equipos extranjeros pero nunca sentí empatía alguna por otro equipo de la Liga española. Pero parecía que estos le daban a todo, carne y pescado. El partido acabó en una goleada histórica para el malaguismo. Aquello, que parecía el Monumental, se vació de repente de barcelonistas y no vi una camiseta del Barsa más. Eso se convirtió en una fiesta. suerte que yo nunca fui de mucha bronca en las derrotas. El fútbol es el deporte que más oportunidades te da y aquella noche era más importante para ellos que para el propio Barsa. Quedé más extrañado en realidad con el comportamiento sociológico deportivo  de aquellos extraños. ¿Cómo coño eran de dos equipos? Y, más aún, ¿donde se guardaron las camisetas de Ronaldinho?

Huelga decir que con los años aprendí a convivir con ellos. Los éxitos y desgracias de ambos equipos (salvando las distancias) hicieron que se descubrieran cada dos por tres. Charlatanes y tránsfugas sin vergüenza ni decencia. Con los años se fueron multiplicando y, hoy día, está práctica ha pasado de ser algo contracultural a un hecho corriente y aceptado socialmente. Es otra desgracia del costumbrismo del mundo moderno a la que debemos habituarnos. 

En otra, hace un par de meses, estaba yo con mi amigo Walrus en un bar. Veníamos de jugar y recibir una soberana paliza, un repaso de locura. Y nos fuimos al bar cercano a terminar de ver al puto PSG contra mi amigo Mourinho. Mira cómo vi que podía ponerse el partido que no importó sentarme cerca de dos horteras que hablaban de fútbol. No hay una cosa que me ponga más nervioso que un macarra hablando de fútbol en un bar, es la hostia. Y yo siempre guardé facilidades para el trato fácil y cordial, pero escúchame que paradójicamente, lo último que me apetecía en aquella terraza era ponerme a hablar de fútbol con nadie que no fuera mi amigo Charlie. En estas, mi iluso compañero, con anhelos sociales y de charlas amigables, empezó a hablar con el elemento sentado justo a mi espalda. Que si qué vergüenza el Madrid con el Schalke, que si casi se eliminan y una retahíla de banalidades y de sinsentidos que no me importaban lo más mínimo. Entonces lo dijo, la soltó. Así, sin avisar. La rata desacomplejada que tenía en el cogote soltó sin ningún reparo:

-Yo soy del Malaga y del Barsa. Antes del Malaga, pero de los dos, eh.

La jodimos.

El pavo no tenía reparo alguno. No era tampoco un verdulero, un gritón de estos que les gusta de hacerse escuchar. La soltó a media voz y lo dijo porque era la verdad y porque en su compleja cabeza estaba bien visto. No tenía vergüenza, el tío. Yo me giré, lo miré como el que mira qué sé yo, no sé decirte si lo miré con con incredulidad, suficiencia o asombro. No sabría decirlo. Y, evidentemente, ni le dirigí media palabra. La cosa es que no se necesita un detector de ratas, ya se descubren solas. Es algo aceptado hoy día. El hecho de que unos vendepatrias que le afanaron la gracia al deporte vayan cambiándose de equipo como de camisa así, sin más, no está ya ni mal visto. ¿Qué sienten esta gente? ¿El cambiacapas nace o se hace? Interrogantes que me superan, ya te digo que no sabría decirte. Convives con ellos, pero no los descifras. Pero no jodas... La falta de idiosincrasia y la ambigüedad deportiva con la que se mueven por el mundo desconcierta a cualquier hincha random de un equipo cualquiera. ¿Cómo cojones pueden ser de dos equipos estos tarados?

Yo te digo una cosa, yo hoy voy con todas las consecuencias, o me río de todo cristo o me parten la cara sin más. Con UN equipo vas hasta el final. Las medias tintas, el politiqueo y el buen talante te lo guardas cuando hables con tus allegados de política, o la dejas para tu cuñado en las cenas de navidad. Hoy, la gente de bien, ganemos o perdamos, lo hacemos nosotros. Los que bancamos de verdad y no nos escondimos nunca. Los demás, las ratas de turno, supongo que lo sentirán a medias. Y no puedo ni imaginarme la desgracia que eso supone. 

PD Como apunte sociológico, he de decir que el haber pasado los mejores años en Madrid capital del mundo me ha evitado numerosos y desagradables encontronazos con esta fauna. Puede que en todos estos años me haya cruzado (sin saberlo) con dos, a lo sumo tres ratas. Y es que el costumbrismo de algunas ciudades de provincia es algo con lo que todos debemos convivir. El hombre es un ser en sociedad, pero debemos marcar ciertos límites. 

sábado, 30 de mayo de 2015

Esos días

Te levantas con mucha energía, pero en cuanto pasas por el lavacoches te das cuenta de que deberás racionalizarla. No está bien visto presentarse a un partido desganado. Desayunas buscando canales donde se nos trate con alevosía, manipulando, como de costumbre. Las menudeces del día las hace uno como distraído, viendo videos para levantar el ánimo e ir creando ambiente. Haces la vida en otra parte, no te concentras y, se hable de lo que se hable, uno piensa en el partido. No está bien distraerse. La tarde se hace eterna y se empieza a empacientar la cosa. Piensas cómo vamos a darle por Detroit a los incautos de turno. Es muy duro ir siempre como favorito porque para nosotros LO NORMAL ES GANAR. Pero está el riesgo de tropezar un día y que nos pasen por delante, aquí se tiene muchísimo más que perder que de ganar. Ahí se acuerda uno de los malos momentos, de la época de Vilanova, el retrasado de Fangrenas y el incauto Martino al que se le ocurrió poner a Bartra aquella noche. Pero te das cuenta de que la rata del Arsenal ya se fue y te quedas tranquilo, podemos seguir haciendo cosas grandes. Luego piensas que Messi estará durmiendo tranquilamente con el pequeño Thiago y relajas. Ves la alineación, comentas tres tonterías por twister, arengamos la culerada por el móvil y te dispones a ver el espectáculo. Cuando no están las nenitas de turno uno a veces los echa de menos. Más que nada porque la televisión lleva desmereciendo el duelo toda la semana y te encabrona no verles lamentarse luego. Extraña ver como lloran cuando pierden y se tiran una semana diciendo que les faltó pegada y salieron reforzados. ¡Mira que además las finales de Copa se la regalamos, eh!. Pero ni así aparecen últimamente. Aunque luego pienso que es mejor, es muy cansino verlas pegando patadas traperas y quejándose al árbitro amigo. Luego todo empieza, la agarra el enano, hace una locura o ridiculiza la historia del fútbol al minuto y medio y ya te dejas ir. Otro día más en la oficina. Lástima que hoy no sea uno de esos días, sino otro de tantos que ha habido para cruzar casillitas del caminito del sextete. Queda una semana.

jueves, 16 de abril de 2015

U-ru-gua-yos


PSG 1-3 Barcelona, Copa de Europa, ida de cuartos de final.

“Si me caí, es porque estaba caminando, y caminar vale la pena, aunque te caigas”. Eduardo Galeano

Que las boutades y vaivenes de un entrenador tan temperamental no eclipsen el trabajo que hay detrás. Tras los desbarres de un impredecible Lucho corren ríos de tinta con el que girar rotativas y servir tipografías de consumo rápido. No será aquí tampoco donde no se haya bebido de la misma agua. En un espacio de gesto tan fácil como irreflexivo, cada derrape del asturiano ha dado más juego que el anterior. Pero esto no quiere decir que su trabajo no se intuyese y apreciase desde un primer momento. En la soledad del técnico frente a jugadores y directiva se apreciará mejor el trabajo y se disfrutará más si cabe de los logros hasta ahora conseguidos.  

Anoche, un par de días tras la muerte de Galeano, otro ilustre charrúa se doctoró en Europa ante la alta sociedad parisina con un par de obras de arte. Sendas acciones sazonadas con sus corresponientes porritas a David Luiz. Un defensa por cierto que rechazó al Barcelona el pasado verano. Pero el club ha solventado un ida y vuelta con el PSG por cada defensa que le ha dado una negativa por respuesta. Mucho favelero rechazando la gloria por el dinero fácil. Y es que tanto el experimentado Thiago Silva como el incipiente Marquinhos siguen sin probar las mieles de una semifinal continental. Volviendo a Suárez, desconozco si el escritor más prolífico en frases futbolísticas dejó alguna para su compatriota. Supongo que sí. Pero sé, con certeza, que le dedicó alguna al enano y éste le obsequió con una camiseta firmada. Aunque lo es momento de buscarlas hasta que no pare de ver el segundo de Suarez. El que será el mejor gol de la competición vino precedido por otro en el que algunos vieron a Ronaldo Nazario y otros recordaron el movimiento de Eto’o en el Olímpico de Roma. Poco importa. Lo que sí parece claro es la trascendencia que dejan tras de sí estos dos personajes. Unos poniendo cordura en un mundo cada vez más enfermo, y otros llenando de locura otro cada vez más cabal.


XI: Ter Stegen; Montoya, Piqué, Mascherano, Alba; Busi, Rakitic, Iniesta; Messi, Luis Suárez, Da Silva.
Goles: Da Silva, Luisito, Luisito.

miércoles, 15 de abril de 2015

Un pasito hacia la esperanza


Atlético Madrid 0–0 Real Madrid. Copa de Europa, ida de Cuartos de Final.

Es fascinante el dominio del madridismo para maniobrar con éxito en el relativismo. Pero, aunque sea ésta una técnica que se nutre de un revisionismo tan masivo como evidente, la vergüenza que genera no mitiga su reiteración. El madridismo, que es establishment y mayoría generalizada salvo cuatro técnicos de luces trotskistas; puede ver cercanas y remitentes las primeras seis copas de europa que, en cuanto reluce un nuevo escándalo, el hecho se presenta tan lejano en el tiempo que carece de importancia. Es por esto que el “tenemos diez champions” no es incompatible con la escasa difusión que los medios han hecho de la noticia de la semana. La confesión de un alto cargo de la UEFA de la manipulación de la primera edición de la competición para favorecer al club que la inventó. A su vez, es curioso ver como el “mejor equipo del mundo” pincha cada partido de mediana enjundia (Valencia, Villarreal, Barcelona, Atlético x7, Schalke) a la vez que se vende que sale reforzado de cada choque. Y si no, ya habrá tiempo de espiritismos en el periodismo de más baja estofa

No se hablará de la violencia del atlético tras una noche donde, en dos penales sin señalar,  a Madzukic le partieron la nariz y le dieron un puñetazo en la boca del estómago. Existen antecedentes de jugadores de talla mundial a los que se ha echado a patadas de un mundial por algo menos que esto, pero en una competición donde cada año las bolas calientes las manejan exjugadores del mismo equipo, no parece probable una entrada oficio. Aunque también es cierto que el presunto infractor tampoco es que sea un jugador que marque diferencias. Polémicas aparte, en la competitividad de Simeone está dignificar unas semifinales a las que ya asoma una inofensiva Juve y un Bayern de capa caída con una enfermería a rebosar. Tras la caída por expolio del equipo más divertido de los últimos años y el bajón generalizado de nivel, solo una final entre culés y colchoneros luciría el caché de esta competición. Todo lo demás es una broma de mal gusto que adolecería de una lastimosa falta de competividad.

XI: Oblak; Juanfran, Miranda, Godín, Siqueira; Gabi, Mario, Koke, Arda, Griezzman; Mandzukic.

domingo, 12 de abril de 2015

Ya está bien, hijo



Sevilla 2-2 Barcelona. Liga, 31.

Estate quieto, Trucho. A estas alturas de la temporada ya todos conocemos tus escasas virtudes e innumerables defectos. Podemos pasar por alto que no hayas celebrado ningún gol de D10S en la tierra y saltes como un loco cuando marcan otros. Que tu relación con el astro argentino sea mala y peor lo es con el 10 de Brasil es algo que podemos permitirnos. Que Leo tenga que sacarte las castañas del fuego, multiplicarse y ampliar su área de influencia ejerciendo incluso de entrenador, también. Pero que –por motu proprio- haya tenido que alejarse del área para que el Perro haga algo decente en tu equipo de sobresaltos nos chirría, perturba y altera el espíritu. No será aquí donde se hatee a un Luisito convertido en Inglaterra en el mejor delantero del mundo, pero su descontextualización como estibador en un equipo de estetas lo descoloca y cohíbe. Para fallar tres ocasiones claras en el partido clave de la temporada teníamos opciones más económicas: quedarnos con el chileno o haber fichado a Higuaín, incluso al paquete de Palacio. Pero que ayer, en el campo más difícil de la liga, quites a Da Silva para dar entrada a un Xavi en un partido ingobernable, nos duele y, lo que es peor, nos condena.

Por hablar de tus virtudes, es bien conocido que el autor intelectual de las jugadas de pizarra es Unzúe, el valedor de Bravo. Y en el tema de la cuestión física, podemos suponer la descarga mental que supone el haber jugado el mejor mundial de la historia el pasado verano, pero ahí te daremos el beneficio de la duda con tus programitas y dietas.

El Barsa lleva una década llegando a primeros de abril vivos a todas las competiciones. El mismo año pasado, con Tarambana, veníamos de ganar en el Bernabéu con hat-trick del enano y el Atletico nos dio una tunda de la que todavía se está recuperando Martino. Así que antes de que desde el Grupo Godó soliciten un busto de tu ensortijada y jipiosa cabellera junto a la estatua de Kubala, nos vas a permitir que pidamos desde aquí tu cabeza. Hasta aquí llegamos Trucho. No hay unos cuantos sinvergüenzas que han llevado al ejemplar club de Laporta a la Audiencia Nacional y pagado trescientos mil billones de las antiguas pesetas por traer a Fracasinho y su padre para que tú, salvaje, lo cambies siempre en el minuto sesenta. Merecemos un entrenador en condiciones y merecemos lo mejor. Merecemos un entrenador que cambie a Iniesta en el minuto 44 , y le dé un abrazo a Da Silva cuando vuelva de sus concentraciones con la Seleçao y no pille enfermedades tropicales. Necesitamos a Paco, pero no lo haremos traer antes de julio por dos razones: un respeto a la mejor afición de Europa y ofrecerle tu cabeza en bandeja de plata a un Laporta de vuelta. Con Laporta y Jémez, solo faltaría la Sir Johan Cruyff Stand y Dios en la tierra con el brazalete de capitán. 

XI: Bravo; Alves, Piqué, Matie, Alba; Busquets, Rakitico, Casper; Messi, Luis, Da Silva.
Goles: D10S, Da Silva.

lunes, 23 de marzo de 2015

Aquí se dijo


Barcelona 2-1 Real Madrid. Liga, 28.

Ya se apostó aquí por este equipo en el primer partido de competición oficial y, a finales de marzo, el Barcelona ha pasado con nota los exámenes ante los equipos más exigentes en todos los escenarios. No será aquí, sin embargo, donde se enrase este equipo con el mejor de todos los tiempos, el de un Guardiola liderando un grupo que era prácticamente imposible que no ganase la mayor competición continental salvo carambolas y extrañas suertes. Pero si bien este conjunto no goza de la solidez de su antecesor, la ruda mano de Trucho le ha otorgado un cierto aire de campeón.
Dirá el madridismo que tuvieron el partido en su mano, como si no durasen noventa minutos o su gol no hubiera venido precedido de la enésima cagada de Fracasinho. Pero el partido sí fue muy del Madrid –de Marcelo, Modric y Karim- durante un largo tramo de la primera parte, rematando algunas ocasiones atajadas por un buen Bravo. En estas, Dani Alves encontró al Luisito más heroico y, tras la fatalidad de un portero amigo, se abrió la puerta y empezaron a entrar pequeños enanos con balón. Al Barsa, que venía de jugar el miércoles, le duró más la gasolina y no acabó goleando lastrado por la falta de puntería que viene arrastrando últimamente.
Con el libro de Trucho abierto, podemos afirmar unas cuantas cosas sin miedo a equivocarnos. Primero, que la pizarra de Unzué es infalible a balón parado –que pregunten en la meseta-. Segundo, que corriendo, somos el mejor equipo del mundo. Tercero, que el centro del campo es una fatalidad si no asoma Leo a recibir-. Cuarto, que el dominio del guardiolismo cayó en el olvido y eso nos sigue haciendo mortales, por lo que caer en cualquier momento contra cualquiera no es una sorpresa pero…Quinto, seguimos teniendo a Messi, y eso es lo más fiable que existe en este impreciso deporte.

PD Los del “Neymar era el mejor del Barsa a principio de temporada, no marcaba más que Messi, pero estaba mejor”. La hemeroteca, dulce detector de subnormales.

XI: Bravo; Alves, Piqué, Matthieu, Alba; Mascherano, Rakitic, Iniesta; Messi, Suárez, Da Silva.
Goles; Matthieu, Suárez.

jueves, 29 de enero de 2015

Da Silva hecho hombre


Atlético 2-3 Barcelona. Copa del rey, vuelta de cuartos de final. 
Acabó la temporada con un gol mal anulado a Messi y el Estadi aplaudiendo al campeón. Un equipo -que no pudo el curso pasado en siete partidos con los de Simeone- cuyos partidos que pierden son remansos de paz. Larga diferencia con sus coetáneos mesetarios que abandonan torneos a base de patadas, insultos y lloros varios. Del desquicio madridista la pasada semana al yihadismo atlético empeñado en capturar tobillos culés cual trofeos de caza. El juego del Barcelona discurrió por los cauces habituales. Nace –hay cosas que nunca cambian- en un imponente portero, cuenta con una sólida defensa y aunque presenta un centro del campo desgobernado desde la pizarra, Messi siempre toma el control y hace de enlace con los genios de arriba. De los pies del argentino salieron las dos jugadas de los mejores goles de la noche. Con el marcador a favor, da Silva dijo esta boca es mía y repartió carnets del Frente Atlético a diestro y siniestro. Cada regate del brasileño es un “hay que erradicar la violencia de los estadios pero muérete mono de mierda”. El capitán de la brasileña no es el segundo mejor jugador del momento por nada. Retrató una y otra vez a quienes intentaban, o lograban, cazarlo. Neymar aprende pronto, como ya hacía su maestro, a ser decisivo en los partidos grandes (y eso es algo que otros no pueden decir). En la segunda parte, el Barcelona gobernó a través de ellos una eliminatoria ya resuelta y lograron llegar vivos a la medianoche y a las tres competiciones.

Mal asunto el que los despachos no se les den tan bién al club. El esperpento arbitral permitió una extrema –y frecuente- violencia atlética de la que no escapó casi ningún culé. El Barcelona pinta poco ante los árbitros y menos últimamente, donde el Madrid se está haciendo amo y señor off the pitch. Tiempos donde se ganan premios por campañas mediáticas y se controlan sanciones a la carta (incluso a reincidentes). Los mass media, inclusive, intentan dar la vuelta a la tortilla presentando, en la semana de la expurgación de Mohamed penaldo Alí, a Neymar como un provocador y al Atletico como el gran perjuficado tras perder un penalti en un partido donde al Barcelona se le anuló un gol por fuera de juego inexistente y se le pitó otro penal en contra que no fue. Pero grato oír y leer exabruptos como "el partido fue muy duro" y "hubo entradas muy fuertes" como evadiendo la unidireccionalidad". Significa que hemos vuelto. Lástima que, por el contrario, no hayan dado eco al único momento de lucidez colchonero de la noche. Simeone dijo algo que todos sabemos pero que algunos no gustan de escuchar: que Messi era mejor que los tres de arriba del Madrid juntos. Obviedades aparte, suerte que, pese a todos los trucos y tretas de esta directiva, invitaciones exprés a los abuelos y el WIFI gratis en el campo, a la peor junta de la historia del Barcelona le queden tres telediarios y pueda volver el club a ser respetado fuera del campo. Porque dentro ya todos le tienen miedo. 


PD Alguien debería decirle a Juanfran que no se debe vacilar a alguien que no jugó cuando a su equipo le metieron siete si a ti te metieron 5 antes.

XI: Ter Stegen, Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Rakitic, Busquets, Iniesta; Messi, Neymar, Suárez.
Goles: Neymar, Busquets, Neymar.

sábado, 17 de enero de 2015

Marketing bueno, marketing malo, jugadores buenos, jugadores malos


Acabó la semana con una clase maestra digna de las mejores universidades del mundo. El gol del mejor jugador que verá el planeta y la sentencia definitiva a la que fue su bestia negra el curso pasado derivó en la foto del momento. Neymar Santos, anteriormente conocido como Fracasinho, propició la estampa de la mejor tripleta del mundo en un gesto aparentemente espontáneo. A mitad de semana, tristiano recibió su flamante balón de playa tras un gran esfuerzo empresarial  y regaló al mundo un grito simiesco para guardar en el baúl de las vergüenzas. Días después, fracasaría por enésima vez ante el juego cándido y sincero de los de Simeone. La jugada donde Penaldo le ofreció el balón a un Isco rodeado de tres rivales para quitarse de en medio sin ofrecer un simple apoyo habló más de su juego y escaso dominio de los partidos que cualquier penalty, y hay para elegir. Un malagueño, al que no le faltó ni llamar a su perro con el nombre del verdadero número uno, desquiciado y aplaudido por un campo lleno de REUBICADOS ultras que tampoco tienen vergüenza. Que es lo que pasa cuando se agradecen las impertinencias y las bobadas. El repasito táctico al que someten los de la ribera del Manzanares es un deleite para los que sabemos que aquellos otros sinvergüenzas nos volverían a pasar por encima tras dejar un equipo a cuadros y romper la herencia de un Laporta al que sus incapaces sucesores atacan días después de aludir al Fair play electoral. La semana acabará con una jornada de liga más que insulsa donde poco importará lo que pase tras el verdadero interés semanal: una Copa cuyo prestigio varía según cambien las opciones de triunfo de un Madrid ahora eliminado en octavos. Y es que es difícil que nos riamos más que con los dos goles de Torres y las posteriores declaraciones de las víctimas aludiendo al repentino poco interés de esa competición. 


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