River 0-3 Barcelona. Mundial de Clubes,
final.
El Barcelona lo
maduró a River durante los 35 minutos que aguantó el planteamiento de Gallardo.
El mejor que hay, hubo y habrá abrió la lata en otra final con otro gesto
técnico irrepetible para la historia y ahí se acabó el milagro de los de Núñez.
Si el partido ante el Santos de PH Ganso y un Fracasinho en ciernes marcó la
última revolución táctica con el 3-7-0 de Guardiola, la segunda parte de los de
Lucho ratificó el dominio de “La Década” prodigiosa. Lo mejor que vimos, y
posiblemente veremos, en un campo de fútbol.
La
sobreexcitación de un extramotivado River no compensó las bajas que sufrió tras
levantar la Libertadores. Mucho pesaron las salidas de Pedófilo, Funes Mori e,
incluso, la de Cavenaghi. Si bien hay que reconocerle al muñeco, aficionado a
los libros de historia y las tácticas militares, el planteamiento de un equipo
con mucha ilusión y algunas pocas fisuras. Pero ante el mejor equipo de la
historia poco pueden hacer todas las lecturas de Sun-Tzu. La mejor delantera que vimos pareció no padecer los
problemas físicos que arrastraba y Casper levantó la Copa tal y como estaba
planeado.
Es un torneo
extraño este Mundial de Clubes. La antigua Intercontinental contaba con la
magia de una final a partido único y en los tiempos que corrían los equipos
sudamericanos parecían más potentes que los actuales. La democratización del
fútbol acogió en su nuevo formato a los campeones de los cinco continentes, lo
que desvirtuó sensiblemente el parecer de los aficionados. Pero no nos
engañemos, siempre es un lujo ver estos partidos y, mismamente hace tres años,
el Corinthians de Paolo bailó a un Chelsea (sí, de Gordítez) que pudo con los mejores de aquí.
River fue un gran contendiente y dignificó una final que, en el fondo, siempre
supo que las bajas le hacía jugar con las cartas marcadas.
La década
2005-2015 cierra con el Barcelona como el equipo con más títulos de la
historia, la comparativa con cualquier otro club se antoja sonrojantemente
ridícula y sólo queda ver cómo vamos a seguir creciendo. El equipo presenta un
Messi en su madurez futbolística, a Fracasinho dispuesto a coger el cetro en
unos años y el mejor delantero de la década como punta de lanza de un arma
mortal. A esto hay que sumarle unos escuderos que cierran filas en torno a un
equipo de época, donde los que a priori aquí brillan menos resultan los mejores en su puesto (Piqué, Alves, Busquets, Iniesta…). Encontró el
Barcelona su piedra filosofal con Dios en la Tierra y lo equilibró con un ideal
futbolístico que venía trabajando desde que Johan sorprendió a todos. El
resultado no pudo ser mejor. El "Barcelona de Messi". Campeones del mundo. Los mejores de la historia.
XI: Bravo,
Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Busi, Rakitic, Iniesta; Messi, Neymar, Luisito.
Goles: Messi,
Luisito, Luisito.
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