jueves, 14 de abril de 2011

Siempre Raúl

Si ayer hablábamos de los “Red Devils” como los primeros clasificados para las semifinales de Champions en la parte derecha del cuadro, anoche entró por la puerta grande el Schalke 04, el equipo de Raúl.


No tiene que estar muy contento el de la sonrisilla de cabrón. Autoproclamado “the special one”, en otros círculos se le conoce como “Atila el Huno”, ya que como el rey de esta tribu, la hierba no vuelve a crecer por dónde pasa. Chelsea e Inter han sucumbido sin oponer resistencia ninguna en cuartos y no se les augura un buen futuro, pero de eso hablaremos en otro momento.

Si ayer decíamos que los de Manchester no se encuentran en su mejor momento y aún así siempre ganaban, en el caso del Schalke es otra historia. El club no es ningún gigante bávaro ni lo ha sido nunca, pero ahí están, entre los cuatro mejores del viejo continente, en una temporada inolvidable.

La culpa no es de nadie más que de Raúl. El siete, un jugador extremadamente precoz que fue perdiendo tanta técnica y facultades al ritmo que ganaba oficio e inteligencia, ha inyectado una dosis de moral y garra increíble en el equipo teutón. Raúl hacía ya mucho que era una sombra de él mismo en el Madrid. Tanto poder atesoraba en las entrañas del club que fue desplazando al banquillo a todos y cada uno de los delanteros que han comprado en Chamartín los últimos años, aunque se encontrasen a años luz de él. A saber: Ronaldo, Owen, Van Nistelrooy, Robinho…Hasta que no aguantó más. Pellegrini lo sentó la temporada pasada y Raúl decidió principios de verano que era necesario un cambio de aires.

Raúl, quién en busca de nuevos retos no se puso las cosas fáciles a sí mismo. No eligió un retiro dorado bañado de sol y petrodólares y se largó a Gelserkinchen, donde se aseguraba jugar la copa de Europa un año más. Una competición que lidera como golerador histórico junto a Inzaghi (curioso, otro zorro del área que muchos jurarían que padece una cojera). En liga las cosas no marchan como deberían, pero el oficio y el liderazgo que aporta al equipo lo han colocado en la final de la copa y en semifinales de Champions.

La cosa está difícil, el todopoderoso ManU espera tranquilo. Pero hay que reconocerle a Raúl el mérito de llegar hasta aquí con un equipo humilde, lo que es una alegría para todos y engrandece su figura. Antes que una foto con algún político o recibiendo una copa de manos de algún funcionario de la UEFA nombrado a dedo, Raúl tiene el mejor y más merecido homenaje de las gradas del Veltins Arena. Apuesto a que cualquier jugador mejor que el no hubiera llegado ni la mitad de lejos, y a nadie más podrían subir a las gradas de esa forma. O alguien duda de quién iba a ser el responsable de esto. Raúl, siempre Raúl.

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