Athletic 1-0 Barcelona (Liga, 15)
Que el equipo no hubiese ganado ningún partido con la politizada camiseta no amedrentó a la directiva a la hora de plantarse en el nuevo San Mamés con la susodicha. El partido fue el colofón a una semana desastrosa que comenzó con el símbolo por excelencia del equipo en el palco contrario. Poco más que una hora buena media hora comandada por un inmenso Busquets que jugó con la "chorra" fuera. Lástima que los demás, y Neymar en repetidas veces, se resbalasen con ella caricaturizando el ridículo del staff técnico. Sin embargo el partido cobra transcendencia por evidenciar las carencias de un equipo desmontado desde dentro. Aunque sabíamos que el principal enemigo del Barsa era el Barsa.
Perdida la
idea y el estilo que llevó al Barcelona a lo más alto, Rusell ha realizado una
surrealista reforma saldando cuentas personales eliminando las piezas que sí funcionaban y dejando las que
no. Sin centrales, con Abidal en Mónaco y el mejor central del mundo descartado por el anterior entrenador (no sabemos si por miedo a enfrentarse con sus
pupilos del Cadete o por negligencia profesional, aunque apuesto que es por las dos), la
defensa es un esperpento en el que Barta parece no tener cabida. Con el que
apunta a ser uno de los mejores centrocampistas del mundo enviado a Munich en
un descuido surrealista del los inoperantes Zubizarreta y Tito; con el entrenador que nos llevó al éxito
absoluto camino de ganar con él otra Champions. A Gerardo le queda un equipo
con Messi, Neymar y Busquets. No hay más. Es lo que tiene dejar el equipo en
manos de unos incompetentes y unos jugadores que no se cortan a la hora de dar
lecciones de barcelonismo cuando no están filtrando -como Cesc- alineaciones a sus amigos periodistas cuando no juegan. Esperaremos
la recuperación de Messi viendo a un equipo desfasado, lleno de viejas glorias
que no ha sabido renovarse a sí mismo y cruzaremos los dedos para no hacer otro
ridículo en abril. Es lo que nos han dejado los que cogieron el testigo de un
equipo llamado a ganar, de la mano del mejor jugador de la historia, como
mínimo, una Copa de Europa de cada dos.
La culpa, sin
embargo, no es de ellos. La culpa, como siempre, es de los que los ponen ahí. Así que mientras los socios contemplan y disfrutan el desastre que han
permitido, leyendo a una prensa afín y sectaria, el resto esperaremos tranquilos al único que puede arreglar esto. Y es que
lo bueno de esta situación es que Jan espera en la sombra.
XI:
Pinto; Montoya, Piqué, Mascherano, Adriano; Busquets, Xavi (Sergi Roberto),
Iniesta (Pedro), Alexis, Cesc, Neymar.
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