domingo, 20 de octubre de 2013

Marmota Fabregas


Osasuna 0-0 Barcelona (Liga, 9)

Tras varias irregulares victorias, el Barcelona se encontró con sus demonios como si jugase todavía la pasada temporada. El banquillo es el sitio desde donde Messi ve fallar al equipo y ni su tardía salida maquilló un partido insulso y aburrido. Al noveno partido, Fàbregas -invisible para los que comen de la crítica- volvió por sus fueros y los demás nos preguntamos si el de ayer fue el punto de inflexión que marcará el inicio de otra decadente temporada, la tercera desde que llegó. Iniesta, inhibido por los efectos de las casposas adulaciones sufridas en el periplo por su pueblo, volvió a cuajar otro partido sin llegar a un nivel acorde con la mejora de contrato que exige cuando su equipo más lo necesitaba. La pérdida tras el taconazo (muy estético) en la última ocasión de ataque del equipo es la boutade que simboliza su colofón al despropósito. El entrenador no acertó con los cambios y, para más inri, la salida de Xavi supuso un retraso posicional en el juego con balón. El Barsa acabó tocándola más atrás y jugando peor. La nota feliz la puso un gran Neymar que jugó acompañado en el ataque por un tal Pedro. El madridismo esboza una tímida y sonrojante sonrisa tras el vergonzoso piscinazo de Bale. Y es que las campañas de los medios permiten esto, que no tengas ni que exagerarlos. En otras latitudes, el entrenador intervencionista que largaron por lo mismo, remontó psicológicamente un partido tras amenazar con mandar a la grada a cualquiera que no comulgara con sus ideas. De la mano de Götze, fichado más por prevención que por necesidad, remataron la jornada con el monumental cabreo de su mayor estrella. Y es que donde hay patrón, no manda marinero.


XI: Valdés; Montoya-Bartra-Puyol-Adriano; Busquets-Xavi (Messi 67’)-Iniesta; Pedro (Tello 75’)-Fabregas-Neymar.

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