Al final
somos todos iguales, dijo Mourinho ayer. No te equivoques, macarra. Nada más
lejos de la realidad que eso, querido Mou. Como dijo George Orwell: algunos animales son más iguales que otros.
En una
temporada marcada por los colegiados. El poco tacto del exvicepresidente Godall
y la malintencionada prensa de la central lechera, que está con los colmillos
más afilados que nunca, hace creer que estamos ante un Barçagate. Pero no hay
más que seguir un poquito esta nuestra amada Liga para darnos cuenta de que
algo falla. Estas confabulaciones no son del todo firmes y no parece que sus
teorías tengan mucho fundamento.
“No
hablamos de los árbitros”, dijo Pep en su día. Mal hecho, Guardiola. Era de
esperar que, con el viento a favor, no se dijese ni pío. También era lógico,
como totalmente lícito, hacerlo mientras te putean, aun siendo extremadamente educado y respetuoso. Suponer que siempre vas a
remar en aguas tranquilas, es pecar de inocencia. También de esperar que, como
ha sido siempre, los colegiados ayudasen sin escrúpulos a un Madrid que ha perdido
los títulos, la hegemonía, la imagen y la credibilidad.
En una
temporada de bochornosas actuaciones arbitrales. Donde al Barcelona se le quita
más que se le da (Valencia, Getafe, Sporting, etc.) y al Madrid se le da, da y
no para de dar (Mallorca, Valencia, Vallecas, Sevilla, etc.); los madridistas
recurren al “ah, ¿pero no decían que no hablaban de los arbitros?”. Enredados
en la zancadilla que les puso el mismo Pep con su aseveración, el Barcelona no
puede, ni realmente ha hecho, levantar la voz más que los madridistas. Porque
no somos tan iguales como ellos dicen.
La opinión
del vestuario culé no se ha salido todavía por la tangente. Admiten la
superiorad y regularidad del equipo blanco en Liga aunque entienden también que
los árbitros han influido en varías (más de lo normal) decisiones.
Diametralmente opuesta es la postura de los madridistas. Esas listas con el
sello del club con trece errores arbitrales. Esos cuartos árbitros que son los
peores que han visto en su carrera. Esas confabulaciones mundiales, UNICEF
mediante y un largo etcétera. No creo que sea lo mismo.
Que las
buenas relaciones con la
Federación ayudan –Godall dixit- no hay duda. Pero no creo
que esa ayuda vayan más de ignorar sanciones por tirar cabezas de cerdo, dejar
jugarse partidos a las 0:05 de la noche, evitar sanciones por negarse a jugar
partidos de Copa del Rey y a poder jugar partidos en Pamplona tras llegar tarde
más del tiempo permitido de cortesía. Otra cosa muy diferente, es la de tener
un Comité arbitral plagado de madridistas y fichar ex-árbitros. O es qué la
junta de Laporta no se puede llevar bien con la Federación mientras
Mejía Davila (en nómina madridista y colegiado durante 14 años) hace de excelente anfitrión adulando a los
colegiados y realizando excursiones por el Bernabéu a la vez que el madridismo
celebra los acercamientos de Florentino y Platini. No entiendo nada.
Los que
escupen mierda cada vez que hablan de Villaratos y Barçagates son los mismos
que han visto al Barcelona levantar 13 títulos de 16 posibles, pueden presumir
de estar disfrutando del mejor jugador de la historia del Fútbol y se han
comido un 2-6, un 5-0 que será recordado como la mayor humillación jamás vivida
y sólo han ganado 1 partido de 10 desde que Mourinho, el hombre de la verdad –y
la poca vergüenza- por delante caiga del cielo como el ángel salvador que
todavía no ha salvado un pimiento. También han disfrutado como niños cuando,
gracias a Xavi, Iniesta y Villa, España ha levantado su único mundial, usufructuando el estilo que la Masía
lleva cuarenta años trabajando. No cuela.
Bien haría el
Fútbol Club en no volver a abrir la boca. Visto lo de ayer, la dinámica no va a
cambiar en esta Liga donde las apariencias y las diferencias engañan. Y viendo
los cuadros de la Copa
de Europa, no tienen que esperar mucho para que, tras una década de ridículos
europeos, se les planten los macarras en la final de Munich. Allí veremos lo
iguales que somos todos.
PD 1. Equiparar las formas no ya de los jugadores, sino de Mourinho y Guardiola, es de tener muy poca verguenza. Los valores, la actitud y la educación no sólo están a más de quinientos kilómetros de distancia, están a una distancia sideral. Pero si de algo peca el Fútbol Club, si en algo se equivoca rotundamente, es la política basurocatalanista. tiempo hace desde que los clubes dejaron de ser de las ciudades, con la Ley bosman, los fichajes galácticos y el marketing mundial. Si no, que vendan a Messi, Iniesta, Villa, Thiago Alcántara y demás, que copien el modelo del Athletic de Bilbao y paseen las copas sólo por Cataluña.
PD Lista
del Colegiado Nacional de Árbitros.
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