jueves, 8 de marzo de 2012

El Athletic sueña despierto


Aterrizó el Athletic en Manchester junto con 50000 seguidores, o al menos esa fue la sensación que transmitió la retransmisión, aunque se dijo que eran “sólo 8000”. Liderados por un loco, asaltaron el teatro de los sueños, el campo del Manchester United, a día 8 de marzo de 2012. Una fecha que quedará marcada para la historia.

Ciencuenta años hacía que el Bilbao no pisaba Old Trafford. El mejor escenario posible para el equipo más inglés de nuestra Liga. En esta Europa League con más talento en los cuadros que su hermana mayor de orejas insultantes, el Athletic no le teme a nada, ni a los reyes de Inglaterra. No importaba que Rooney estrenase el marcador porque los niños de Bielsa salieron con el cuchillo entre los dientes. Jugaban en casa, o al menos así lo parecía porque los bilbaínos enmudecieron a los seguidores reds, así que tenían que comerse el mundo. Claros dominadores del centro del campo, el tempo y la dinámica del choque, el golazo de Llorente al borde del descanso nos dejó el marcador en tablas, no así el campo, que los cachorros se encargaron de inclinar a su favor.


Más de lo mismo. Ferguson, el entrenador por excelencia del fútbol mundial, decidió ver los primeros instantes de la segunda compartiendo zona técnica con Bielsa, que no pudo pasearse como acostumbra con tan grata compañía. La premisa en los red devils era clara. Tiempo llevan jugando sin protagonismo, dejando jugar al rival para que Rooney o Giggs inclinen la balanza en un alarde de genialidad. Oficio y más oficio. Sólo en las finales de Champions cambian el guión para suicidarse contra un Barcelona imponente. No tocaba esta noche tampoco cambiarse de traje.

Estajanovista hasta la extenuación, obsesivo y perseverante entre otras muchas cosas, ya saben. Bielsa modela a sus equipos a su imagen y semejanza. El resultado de este Athletic es un derivado del Barcelona. Una oda a la posesión y al toque, a la presión y a la intensidad. No van de chaqué como los pupilos de Pep, pero visten una americana muy pintona. Bielsa comprende, como le hizo entender a Pep, que la clase y la agresividad no son malas compañeras. Con dos pepinazos y mucho talento, el Bilbao metió un miedo en Old Trafford como nadie había conseguido en años. En medio del run run en las gradas, siempre silenciado por el ruido de los vascos, de Marcos anotó el segundo. Old Trafford se caía. Poco después, en un despeje de de Gea, Muniaín cazó el rechaze y reventó por tercera vez la porteria red. Bobby Chartlon no daba crédito. Todo parecía acabar así cuando en una inocente mano dentro del area, el colegiado señaló el penalty. Como era de esperar, Rooney maquilló el resultado para tener una vuelta digna de la función de hoy. Se acabó el partido y reventó el estadio.

Nunca ha tenido el Athletic mejores actores que los de esta temporada. Ni mejor director, claro está. Lejos está en el recuerdo el Athletic de las ligas y campeón de copas. Eran otros tiempos y era otro fútbol. En estos tiempos que vivimos las gabarras no largan amarras con entrenadores como el rubio de Barakaldo ni reventándole el tobillo a Messi o al Maradona de turno. Y para convertir al loco en marinero de agua dulce, el Athletic ha asimilado un cambio de estilo brutal. Encomendados a la mente del sabio de Rosario y al talento de unos chavales que dominan los partidos como a pocos jugadores se les recuerda, deberán prepararse el papel para la proxima función. El escenario no es malo, como en la ida, vuelven a jugar en casa. En San Mamés, la catedral del fútbol. 

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