martes, 22 de marzo de 2011

Salvajes

Stuart Holden no pudo disputar los últimos 15 minutos del choque en Old Trafford entre el ManU y el Bolton. Johny Evans se lo cargó con una dura entrada clavándole los tacos en la rodilla. Resultado, Evans expulsado con un partido de suspensión y Holden, jugador notablemente mejor, en dique seco 6 meses.



Muchos aficionados, los mismos que gritaban macaco a Roberto Carlos, negro a Eto'o y demas que apoyan la no intruducción de tecnología en el futbol puesto que lo único que les motiva además de la cornetita y las pipas son las polémicas y las tanganas, se muestran indiferente a este tipo de jugadores. Otros no, y organismos como las ligas de fútbol profesionales o la misma Fifa deberían tomar cartas en el asunto.

Generalmente, este tipo de jugadores no suelen responder así a situaciones vengativas (en algun caso sí) o malas reacciones ante momentos extremos de máxima presión, sino que pueden sorprendernos con algun regalo de los suyos en cualquier momento del partido y sin venir a cuento, ganado o perdiendo.



A falta de psicoanalizar a los jugadores, entendemos perfectamente que estas acciones vienen de dos tipos de jugadores (o tres, la suma de los otros dos) que son, a saber, los encefalograma plano y los hooligans.


Entre los encefalograma plano podemos encontrar a Lassana Diarra, jugador que pese a llevar 5 años en España no habla ni una palabra de español, y esa sospechosa forma de la cabeza podría conllevar algún abuso de tónico cerebral (como aquel jugador de beísbol de Los simpsons), en cualquier caso este idiota confunde compromiso y entrega con pisar los tobillos de los rivales una y otra vez, como si no se fueran a romper. Otros jugadores como Sergio Ramos, que se calientan cual mal electrodoméstico y se le cortocircuitan los cables, actuando primariamente y sin controlar las consecuencias de sus patadas voladoras. Pepe, el cabecilla de los colgaos, máximo representante del desquicio total en los partidos de fútbol, y un largo etcétera. Perdón, olvidamos al mas idiota de todos: Nigel De jong. Según su seleccionador, se pone nervioso si la pelota la tiene el rival (ya lo vimos en la final, gracias) mal caso para un tipo que se dedica a robar balones del contrario.






Luego estan los típicos hooligans, estos no suelen ser tontos, que también, simplemente no se caracterizan por eso. Son simplemente unos hijos de perra de cuidado. Roy Keane ejercía como cabecilla de esta banda, ya retirado afortunadamente no tardará mucho en arruinarse viendo como le va de entrenador. El anteriormente mencionado Johny Evans le sigue de cerca. Fernando Navarro, "colgao" del Valencia no se queda atrás. De Materazzi sobran palabras y Tony Adams repartia con el cuchillo en la boca por las esquinas del antiguo Highbury donde los banderines de córner temblaban cuando el se acercaba.


El 2 en 1 (rodilla y tobillo)

No hemos de caer en la equivocación de justificar a estos salvajes por sus posiciones o funciones. Sergio Busquets o Makelele tienen la misma función que De Jong o Evans, como Cannavaro (ganó un mundial sin amarilla siendo defensa central) la misma que Materazzi. No hemos de confundir dureza o entrega (Makelele) con violencia y mala leche (Diarra cuando pisa tobillos, Del Horno, etc.)



En tal caso, cualquier buen aficionado que se precie no disfruta con estos comportamientos, el Balle tudo o como se escriba está para otros públicos. Muchas veces ponemos el grito en el cielo cuando Ben Arfa se queda sin temporada o Messi casi pierde el tobillo, pero nunca se hace nada. Una solución podría ser que el agresor se quede sin empleo y sueldo el mismo tiempo que el otro lesionado, una solución drástica pero evitaría este tipo de comportamientos.

Mientras no se tomen medidas, esta temporada seguiremos viendo al carnicero de Johny Evans, pero no volveremos a ver a Holden. Y la gente prefiere pagar para ver a Holden, y no para ver a Evans.

P.D. Investigando mínimamente para la elaboración de la entrada, descubrí que, ¡oh sorpresa!, esta no es la primera vez que a Holden lo retiran una temporada del trabajo. Ya lo hizo De jong, en un encuentro de selecciones. Por si cabía alguna duda de la reflexión y la reconsideración de, a estos sí se les puede decir, monos.

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